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lunes, 31 de enero de 2011

BIOMASA TORREFACTA (TOSTADA), SUSTITUTO ECOLÓGICO PARA EL CARBÓN.

31 de Enero de 2011. 
Foto: Leeds U. 






Sería posible quemar más materia de origen vegetal en las centrales térmicas, en vez de carbón, si la biomasa, un combustible verde, fuese sometida previamente a un proceso de torrefacción comparable al usado para el café, según muestran los resultados de una investigación en la que ya se ha trabajado para hacer real esta posibilidad.
 Miscanthus.
En el Reino Unido, donde los investigadores, de la Universidad de Leeds, han llevado a cabo su estudio, muchas centrales eléctricas queman ahora biomasa además de carbón, en un intento de reducir el uso de este último y mitigar así los perniciosos efectos de su combustión sobre el medio ambiente. A diferencia de los combustibles fósiles, los árboles como el álamo o el sauce, o las hierbas como la Miscanthus, son una fuente de energía que virtualmente no aporta nada de carbono extra a la atmósfera, en el sentido de que la cantidad de dióxido de carbono que emiten durante su combustión es la misma que absorbieron de la atmósfera mediante la fotosíntesis durante su crecimiento.
 Pero los beneficios medioambientales de la biomasa están contrarrestados por algunos problemas prácticos y económicos, debido a los cuales estas centrales eléctricas térmicas se ven forzadas a restringir la cantidad de biomasa empleada. La biomasa es húmeda y voluminosa, su transporte es relativamente caro, y resulta difícil almacenarla durante largos períodos de tiempo sin que se vuelva mohosa. Además, la materia de las plantas fibrosas es sumamente difícil de procesar en los molinos que se usan para convertir en polvo los bloques secos de carbón antes de quemarlos.

Un proceso de tostado conocido como torrefacción es la solución, según la opinión de Jenny Jones, profesora de energías sostenibles, y sus colegas, de la Universidad de Leeds. Este proceso, que consiste en calentar el material a unos 300 grados centígrados en un recipiente sin aire, transforma la voluminosa biomasa en un combustible seco, energéticamente rico, que es más barato y más fácil de transportar, y que se mantiene en buenas condiciones durante bastante más tiempo.

Un análisis de dos cultivos bioenergéticos comunes, el sauce y la Miscanthus, ha mostrado también que cuando la biomasa es sometida a un proceso de torrefacción se la puede luego moler hasta convertirla en polvo, tan fácilmente como puede hacerse con algunos carbones de buena calidad. Así resulta mucho más práctico y rentable reemplazar en las centrales térmicas el carbón por materia vegetal procesada.
Fuente: Amazings, Scitech News.

jueves, 27 de enero de 2011

LOS DOS PATÓGENOS MÁS DEVASTADORES DEL CACAO SON PARIENTES CERCANOS.

Por:  Erin Peabody.
12 de octubre 2005.
Entre ciertos hongos relacionados, una afición al chocolate aparentemente es de familia, según científicos con el Servicio de Investigación Agrícola (SIA). Los científicos han descubierto que los dos hongos más devastadores que infestan los árboles de cacao del mundo en realidad son "hermanas" taxonómicamente. 
 
     
Fotos de secciones transversales de una vaina sana de cacao (arriba) y una vaina estropeada por el hongo llamado 'la escoba de bruja'.
Usando el análisis de ADN, C. Aime, una bióloga molecular, descubrió que los dos patógenos fungales, los cuales causan las enfermedades de la escoba de bruja y la monilia, son parientes cercanos que en realidad deberían ser clasificados en el mismo género. Wilbert Phillips-Mora de CATIE en Costa Rica ayudó a Aime en la investigación.
La escoba de bruja, causada por el hongo actualmente conocido como Crinipellis perniciosa, y la monilia, causada por el hongo Moniliophthora roreri, son las dos amenazas más grandes al suministro mundial de chocolate. A pesar de aplicaciones extensas de fungicida, estas enfermedades continúan  invadiendo nuevas partes de Suramérica y Centroamérica, desanimando a los granjeros pequeños que cultivan la mayoría de los árboles de cacao.
A pesar de la notoriedad de los patógenos, no hay mucha información sobre estos dos hongos o sus ciclos de vida, complicando aún más su control.
El hongo de la escoba de bruja vive dentro del árbol de cacao y causa que el árbol produzca brotes deformes que se parecen a escobas. La monilia se parece a un moho semejante a algodón que cubre las vainas del árbol que producen las semillas.
Un colaborador de Aime, Harry Evans, fue uno de los primeros micólogos en especular que los dos hongos podrían ser relacionados. Pero en ese tiempo, él no tuvo las herramientas moleculares necesarias para determinar definitivamente la relación entre los organismos.
Para la investigación actual, Aime secuenció varios genes de los dos patógenos de cacao. Casi inmediatamente, ella pudo ver que ambas la escoba de bruja y la monilia eran miembros de la orden Agaricales, hongos que forman setas. Análisis adicionales de ARN revelaron aún más evidencia detallada mostrando una relación estrecha como hermanas entre las dos especies.
Aime ha propuesto cómo reclasificar los dos hongos, que aparentemente comparten el mismo ancestro. 
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.

EL CACAO ENCUENTRA UN AMIGO EN LOS HONGOS.

Por:  Erin Peabody.
7 de junio 2006.
Es una unión con beneficio mutuo: Los árboles de cacao—la fuente natural de chocolate—les ofrecen a ciertos hongos un hogar para vivir y socializar. Por su parte, los ocupantes minúsculos están listos para proteger la planta contra un ataque microbiano. 
El micólogo Gary Samuels examina algunas especies endofíticas de Trichoderma por un microscopio. Se pueden ver las especies en la pantalla en el último plano.
Estos son los hallazgos de los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (SIA) y sus colegas, quienes están buscando maneras para proteger la planta Theobroma cacao, conocido como cacao, contra los patógenos destructores que pueden dañar los granos del cacao de la planta.
En Latinoamérica, donde como cerca de un tercio del chocolate del mundo origina, las dos pestes más persistentes contra el cacao son la escoba de bruja y la monilia. Ahora mismo, los fungicidas químicos son la mejor defensa para los granjeros contra las enfermedades.
Se ha considerado una alternativa natural. Ellos han descubierto que ciertos hongos endófitos, los cuales se instalan en las plantas, son compañeros ideales de habitación capaces de mantener a raya los microbios que causan las enfermedades.
Los endófitos son hongos o bacterias que viven entre los rincones de las plantas y los árboles vivos, pero no causan ningún daño aparente a sus huéspedes (endófitos NO patógenos). Estos microorganismos viven donde quieren: en las hojas y en los tallos y troncos de los árboles.
G. Samuels, un micólogo, es parte de un grupo de expertos quienes están viajando por el mundo en búsqueda de nuevos endófitos prometedores. Él nombró y describió a: Trichoderma ovalisporum. Los colegas de Samuel, incluyendo Harry Evans, encontró el hongo viviendo dentro de una vid leñosa tropical en Ecuador.
Estudios de laboratorio y de campo muestran que este endófito es eficaz en combatir el patógeno de monilia. Se sigue comprobando su valor, las esporas de T. ovalisporum algún día podrían ser aplicadas a las flores del árbol de cacao para ayudar a proteger la planta—y sus granos preciosos—contra un ataque de hongos. 
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.

miércoles, 26 de enero de 2011

AGENTES DE CONTROL BIOLÓGICO CONTRA LA MALEZA Casuarina equisetifolia. PINO AUSTRALIANO INVASOR.

2 de septiembre 2008.
El Outback—las zonas interiores y desérticas de Australia—es conocido por sus espacios salvajes y abiertos, el aire limpio, y los cielos nocturnos increíblemente despejados. Muchos aventureros viajan a estas tierras remotas del continente para disfrutar de la tranquilidad del desierto.
En una evaluación del paisaje australiano, el entomólogo Gary Taylor (izquierda, de la Universidad de Adelaide, Australia) y el entomólogo Greg Wheeler del SIA buscan insectos apropiados para utilización como agentes de control biológico. Estos insectos son probados para determinar si pueden ser soltados para ayudar a controlar el pino australiano invasor.
Pero el Outback fue más que una aventura para el entomólogo  G. Wheeler del Servicio de Investigación Agrícola (SIA). Exploraron el desierto y las costas australianas para buscar agentes de control biológico contra especies de la planta invasora Casuarina, conocida comúnmente como el pino australiano
El entomólogo Greg Wheeler examina un pino australiano en los Everglades en la parte sudeste de la Florida.
En realidad no es un árbol de la especie pino. Es una maleza extremadamente problemática que está invadiendo las áreas costeras. El pino australiano es conocido por su crecimiento rápido y acumulación densa, e impide el crecimiento de plantas nativas. Además, el pino australiano puede tolerar bien la sal, una ventaja que permite su crecimiento en las dunas costeras, aumentando la erosión de la playa e impidiendo la nidificación de los cocodrilos y las tortugas marinas en peligro de extinción.
El pino australiano fue traído temprano en el siglo XX como un árbol ornamental de sombra. Pero algo salió terriblemente mal. 
El pino australiano invasor, Casuarina equisetifolia. Foto cortesía de Forest y Kim Starr,  Bugwood.org
"Aunque la planta Casuarina tiene algunas buenas cualidades, sus aspectos negativos superan con creces esas buenas cualidades", dice Wheeler.
Las tres especies de pino australiano que han causado problemas son C. equisetifolia, C. glauca, y C. cunninghamiana.
En los últimos años, los miembros australianos del grupo de investigación—M.  Purcell, el director del Laboratorio Australiano de Control Biológico (ABCL por sus siglas en inglés); el investigador Bradley Brown con el ABCL; y Gary Taylor —viajaron cinco veces por todas partes de Australia. Ellos fueron reunidos en una expedición en mayo del 2007 por Ted Center, líder de investigaciones del IPRL. En total, las expediciones recorrieron más de 5.000 millas en Australia norteña, incluyendo mucho del Territorio del Norte y los estados de Queensland, Nueva Gales del Sur, y Australia Occidental.
Purcell, Brown, Taylor y J. Gaskin, son miembros del equipo de investigaciones sobre Casuarina. Wheeler dirigió el proyecto, coordinando las finanzas, la colección de potenciales agentes de control biológico, y las pruebas del ADN de plantas.
De una colección de aproximadamente 300 avispas, gorgojos, gusanos perforadores del tallo, chupadores de savia, comedores de semillas y otros, los científicos han identificado como potenciales agentes de control biológico aproximadamente una docena de candidatos que atacan no sólo C. equisetifolia, sino también C. glauca y C. cunninghamiana. Uno de los objetos principales de las colecciones ha sido el descubrimiento de insectos que se alimentan en las semillas, flores o frutas y de este modo terminan la reproducción sin dañar los árboles maduros.
"Muchas personas disfrutan de la sombra provista por estos árboles", dice Center, "pero no están contentas cuando los árboles invaden las áreas naturales".
Entre los agentes de control biológico con el potencial más grande son el comedor de semillas Bootanelleus orientalis, el cual ataca solamente el pino australiano, y la polilla desfoliadora Zauclophora pelodes. Hay otros que no han sido clasificados, y algunos no conocidos previamente. La mayoría de las identificaciones fueron realizadas por taxonomistas en varias instituciones participantes.
Estos insectos todavía están siendo probados por Purcell y colegas en Australia para determinar su idoneidad como agentes de control biológico.
"Estamos contentos con los resultados hasta ahora y esperamos buenas noticias cuando más clasificaciones se terminen", dice Wheeler.
Por: Alfredo Flores.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.

SG BIOFUELS NOMBRA A MIEMBRO DE LA JUNTA DE AMYRIS COMO ASESOR SENIOR DE JATROPHA EN BRASIL.

En Brasil, SG Biofuels con sede en San Diego ha abierto operaciones en Sao Paulo y presentó al empresario brasileño e innovador del genoma, Fernando Reinach como su asesor principal para el mercado y fomentar su fitomejoramiento, el uso de biotecnología para desarrollar semillas de élite de jatropha. Reinach presta su servicio como miembro del consejo de Amyris.

El es uno de los fundadores de CanaVialis, el mayor fitomejorador mundial de caña de azúcar (adquirida por Monsanto en 2008), así como de Alellyx (también adquirida por Monsanto en 2008).

SG Biofuels está colaborando con un número de socios para desarrollar la Jatropha, incluyendo a Bunge, líder mundial en el procesamiento de semillas oleaginosas y, Flint Hills Resources, un líder de refinación y petroquímica y una filial de propiedad absoluta de Koch Industries, y Life Technologies Corporation, una empresa con herramientas a nivel mundial de biotecnología.
Fuente: Biofuels Digets, SG Biofuels.

LA CORPORACIÓN DE ENERGÍA DIVERSIFICADA (DEC) E INICIATIVA PARA MATERIAS PRIMAS DE JATROPHA SE ASOCIAN EN LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES PARA AVIACIÓN BASADOS EN JATROPHA, EN INDONESIA.

La Corporación de Energía Diversificada (DEC) de Arizona ha sido seleccionada por la PT  de Iniciativa de Materias Primas de Jatropha (JFI) de Indonesia  para proporcionar la tecnología y la producción de equipos  de una plantación de jatropha a gran escala y los negocios de producción de biocombustibles avanzados los cuales estan siendo desarrollados en el este de Indonesia.

La Corpotración de Energía Diversificada proporcionará la tecnología avanzada de bio-refinería y equipos para el proceso que convertirá el aceite de jatrophacrudo en biocombustible fungible " 'drop-in' de reemplazo " para jet, y participará activamente en los esfuerzos para probar y certificar el aceite derivado de jatropha como biocombustible para motores de avionescomerciales y militares a chorro de uso en todo el mundo.  
Proceso de producción de biocombustibles de la DEC.

La DEC también proporcionaría la tecnología de punta para la gasificación de la biomasa  y las tecnologías de conversión de energía que convertirá todas las plantaciones de "residuos de biomasa en electricidad y subproductos químicos adicionales". En total el acuerdo representa más de $ 1.5 mil millones en las exportaciones de tecnología de energía verde en los próximos 15 años, incluyendo la venta de maquinaria agrícola, equipo de producción de fertilizantes orgánicos, agua y equipos de perforación, equipos de construcción, equipos avanzados de bio-refinería vegetal, y el equipo de conversión  de la biomasa a energía vegetal.
La PT (JFI) con oficina central y sede en Yakarta, Indonesia, es una empresa de "joint venture" extranjera cuyos socios han participado en el desarrollo comercial de las plantaciones de jatropha en Indonesia desde 2006. Ellos han cooperado con el Ministerio indonesio de Agricultura en sus esfuerzos para desarrollar híbridos de alto rendimiento de jatrofa desarrollados específicamente para las condiciones climáticas de Indonesia. PT JFI ha desarrollado a gran escala viveros comerciales de jatrofa en el este de Indonesia desde 2008 y ha desarrollado un sistema único de la mecánica del transplante de las plántulas de jatropha.
Fuente: Biofuels Digest.

martes, 25 de enero de 2011

"GLOMALINA", UN HÉROE SECRETO DEL SUELO.

Por.  Don Comis.
6 de septiembre 2002.
'Glomalina', un compuesto importante del material orgánico del suelo, almacena aproximadamente un tercio del carbón del suelo del mundo, contrabalanceando la contaminación industrial. Esto es según un estudio cooperativo de científicos del Servicio de Investigación Agrícola (SIA).
La técnica Kristine Nichols inspecciona el progreso del crecimiento de plantas de maíz en envases diseñados específicamente para la producción de ‘glomalina'. 
El estudio fue conducido por tres científicos: Kristine A. Nichols,  y una técnica; Sara F. Wright, edafologa del SIA que descubrió La 'glomalina' en 1996; y E. Kudjo Dzantor, edafologo.
La 'Glomalina' es una proteína pegajosa producida por los hongos que viven en las raíces de las plantas. Los hongos secretan esta sustancia en el suelo al tiempo que crecen las raíces. Su función es pegar, juntar las partículas del suelo y el material orgánico, la 'glomalina' estabiliza el suelo y previene el escape de carbono del suelo a la atmósfera. En un estudio anterior, Wright encontró que la  'glomalina' sirve como un agente correctivo al calentamiento global por medio de aumentar, uno tras otro, con los niveles del bióxido de carbono.
Nichols y colegas detectaron 'glomalina' en cantidades grandes en suelos, mostrando que es una parte importante en el material orgánico. 'Glomalina' pesa de 2 a 24 veces más que el ácido húmico. Se pensaba anteriormente que el ácido húmico era la sustancia que almacena la mayoría del carbón. Pero Nichols encontró que el ácido húmico solamente almacena 8 por ciento del carbón total en el suelo, comparado con 27 por ciento por la  'glomalina'.
Wright ha encontrado 'glomalina' en los suelos de todas partes del mundo, en pesos de menos de 1 miligramo por gramo (mg/g) de muestra a más de 100 mg/g. Ella encontró los niveles más altos en los suelos de Hawai y Japón, indicando que algunos suelos podrían almacenar grandes cantidades del carbón en 'glomalina'. Ella es parte de un grupo que investiga el almacenaje del carbón subterráneo en los bosques tropicales, que son algunos depósitos grandes del carbón. 
Fuente: Servivio de Investigación Agrícola. SIA. 
Glomalina, Glomalinas:
Proteína insoluble en agua, exudada por las hifas de hongos micorrícicos arbusculares, tiene un color típico café-rojizo y se le atribuye un rol de capital importancia en la formación de agregados del suelo.

"GLOMALINA" :EL COMPUESTO CLAVE DEL SUELO.

Por:  Don Comis.
5 de febrero 2003.
Una científica del Servicio de Investigación Agrícola (SIA) ahora tiene más pruebas de que ha encontrado un ingrediente clave que es responsable de los beneficios muy bien conocidos de la materia orgánica del suelo.
La científica de suelo Sara Wright (frente) y la técnico Kristine Nichols usan la resonancia magnética nuclear para inspeccionar la estructura molecular de algunos componentes extraídos de la materia orgánica del suelo.
Sara F. Wright, una edafologa, descubrió la sustancia 'glomalina' en 1996 y la nombró por Glomales, el orden taxonómico del hongo que produce esta proteína pegajosa. Recientemente, ella utilizó imágenes producidas por la resonancia magnética nuclear para mostrar que la sustancia glomalina tiene una estructura diferente a cualquier otro componente de materia orgánica. Esto prueba que la glomalina es una entidad distinta.
Los hongos viven en las raíces de la mayoría de plantas y usan el carbón de las plantas para producir la glomalina. Se piensa que la glomalina sella y solidifica el exterior de los filamentos del hongo que parecen tubos y que transportan agua y nutrimientos a las plantas.
Durante el crecimiento de las raíces, la glomalina es desechada al suelo donde funciona como una "super pega", ayudando a la arena, el cieno y las partículas de arcilla a pegarse juntos con la materia orgánica que le da vida al suelo. La glomalina es la sustancia que le provee al suelo su buena textura, que es evidente cuando las masas suaves de las partículas pegajosas y la materia orgánica fluyen por las manos de un jardinero o granjero experto.
Por mucho tiempo, la glomalin estaba perdida en el humus, la materia orgánica que a menudo se llama el "oro negro". Cuando la glomalina se encontró en las medidas del humus, se pensó que era contaminante.
La glomalina no es solamente el pegante que junta el humus a los compuestos del suelo, sino en realidad hace mucho de lo que antes se pensaba que hacía el humus. Porque hay mucho más de la glomalina en el suelo que el ácido húmico, una fracción de humus extraíble, la glomalina almacena 27 por ciento de la cantidad total del carbón de suelo, comparado con 8 por ciento por el ácido húmico. También provee nitrógeno al suelo y provee la estructura necesaria para retener el agua y para una aeración apropiada, movimiento de las raíces de planta, y la habilidad de resistir la erosión. 
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.

EL AUMENTO DE LOS NIVELES DE DIÓXIDO DE CARBOBO ESTIMULAN EL CRECIMIENTO DE ARBUSTOS.

Por:  Rosalie Marion Bliss.
28 de agosto 2007.
Los arbustos crecen significativamente más rápidos que las hierbas nativas en praderas cuando se exponen a niveles elevados de dióxido de carbono (CO2), según un estudio publicado por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (SIA).
Los fisiólogos de plantas Jack Morgan y Dan LeCain usaron compartimentos abiertos en la parte superior para evaluar las reacciones de varias especies de plantas nativas de tierras de pasto expuestas a dos veces la cantidad actual del dióxido de carbono.
Los resultados indican que los aumentos en los niveles de CO2 en la atmósfera de la Tierra podrían estar contribuyendo a los cambios en la dinámica de la comunidad de plantas, en el cual la vegetación leñosa tiene una ventaja sobre las hierbas perennes de forraje.
Durante los últimos 200 años, los arbustos se han extendido en muchas tierras de pasto del mundo, reduciendo la cantidad y calidad del forraje disponible para el ganado. Algunos científicos teorizan que las concentraciones atmosféricas elevadas de CO2 han estimulado ese crecimiento. Pero no había evidencia sobre las razones detrás del problema de la invasión por las plantas leñosas.
El experimento fue realizado en praderas de pasto corto. Para simular las condiciones de niveles atmosféricos elevados de CO2 y para hacer comparaciones, los científicos usaron seis compartimentos grandes que fueron abiertos en la parte superior. Tres de los compartimentos fueron infundidos con aire inyectado con 360 partes por millón (ppm) de CO2, para modelar la atmósfera de hoy en día. Los otros tres compartimentos fueron infundidos con aire inyectado con 720 ppm de CO2, aproximadamente la concentración esperada antes del fin del siglo.
Entre las 34 especies de plantas expuestas a 720 ppm de CO2, los científicos descubrieron un aumento de 40 veces en la biomasa sobre el nivel del suelo de la salvia de la montaña, Artemisia frigida, un arbusto extendido en las praderas. El crecimiento de sólo una especie más, el zacate aguja e hilo (Stipa comata), una hierba perenne de relativamente baja calidad de forraje, también fue significativamente afectada por el CO2, como previamente reportado. S. comata demostró un aumento de solamente dos veces en biomasa debido al CO2.
Los resultados respaldan las teorías actuales de que el aumento de CO2 podría estar cambiando la estructura botánica de las tierras de pastos del mundo y contribuyendo a su degradación. 
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA-USDA.

LA GLOMALINA ES UN COMPUESTO CLAVE EN ALMACENAR EL CARBONO EN EL SUELO.

Por:  Don Comis.
17 de junio 2008.
Un compuesto de suelo llamado glomalina provee una bóveda segura para el almacenamiento del carbono en el suelo. Esto es según K. Nichols, quien es microbióloga.
La glomalina--la sustancia que cubre este hongo microscópico en una raíz de maíz--puede ayudar a prevenir la descomposición del carbono en el suelo por hasta 100 años.
 La glomalina es una sustancia pegajosa secretada por estructuras fúngicas semejantes a hilos y llamadas hifas. Estas estructuras transportan nutrientes y agua a las raíces de la planta. La glomalina actúa como pedazos pequeños de chicle en los hilos de las raíces de plantas y las hifas fúngicas. En esta "bolsa de hilo" pegajosa caen partículas de arena, cieno y arcilla que forman el suelo, así como restos de plantas y otra materia orgánica que contienen carbono. La arena, el cieno y la arcilla se pegan a la glomalina, empezando la formación de conglomerados, una etapa principal en la creación del suelo.
En la superficie de los conglomerados, la glomalina forma una capa cérea semejante a celosía para prevenir el flujo rápido del agua dentro de los conglomerados. Esta prevención es importante porque el flujo podría arrastrar todas las materias, incluyendo el carbono, en los conglomerados. En su papel como la constructora de la "bolsa" para la formación del suelo, la glomalina es imprescindible globalmente en la formación, productividad y sostenibilidad del suelo así como en el almacenamiento del carbono.
Nichols usa las medidas de glomalina para calcular cuáles de las prácticas agrícolas son más eficaces para almacenar el carbono. Ya que los niveles de glomalina pueden indicar la cantidad de carbono almacenado como resultado de cada práctica, estas medidas podrían ser útiles en los programas de comercio de créditos de carbono.
En estudios en los campos agrícolas, Nichols ha descubierto que tanto la labranza como dejar el terreno en barbecho—una práctica común en regiones áridas—disminuyeron los niveles de glomalina destruyendo las redes vivas de hifas fúngicas. Las redes necesitan raíces vivas y funcionan mejor en los suelos intactos.
Cuando la glomalina se ata con el hierro u otros metales pesados, puede impedir la descomposición del carbono por hasta 100 años. Aun sin la presencia de los metales pesados, la glomalina almacena el carbono en los huecos interiores de las partículas del suelo donde sólo viven los microbios que tienen una acción lenta. Este carbono en la materia orgánica también se ahorra, como un fertilizante de lanzamiento lento, para utilización más tarde por las plantas e hifas.
Nichols comenzó su carrera con el SIA trabajando con la científica de suelo Sara Wright, quien descubrió y nombró la glomalina en el 1996.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.

lunes, 24 de enero de 2011

COMBUSTIBLES DEL TIPO DROP-IN PUEDEN SER HECHOS A PARTIR DE LA PARED CELULAR VEGETAL INFECTADA POR UN HONGO.

En California, los investigadores de Sandia National Laboratories y la Universidad Estatal de Montana están colaborando en un proyecto para modificar un hongo endófito - que vive entre las paredes celulares vegetales - para producir hidrocarburos del  tipo para combustible- con fines de transporte.
La investigadora de Sandia Eizadora Yu prepara biomasa cosechada de cultivos de hongo líquidos para el análisis de los ácidos nucleicos. Los cultivos provienen de hongos endófitos Hypoxylon sp, que produce compuestos potencialmente utilizados como combustible. (Foto por Dino Vournas)
Sandia está colaborando con el profesor Gary Strobel de la Universidad Estatal de Montana, un conocido experto en  Ascocoryne sarcoides y otros hongos similares. Lo especial de los hongos endófitos, afirma la bioquímica Masood Hadi de Sandia Lab, es que no hay necesidad de los intensos procesos industriales de alto coste que normalmente se requiere para romper la biomasa. "Estos materiales pueden a su vez convertirse en material celulósico cristalino directamente en hidrocarburos del tipo de combustible, sin ningún tipo de rompimiento mecánico", dijo.
Fuente: Biofuels Digest., Sandia N. L.

CRISIS ECOLÓGICA Y LUCHA POLÍTICA: LA ALTERNATIVA ECOSOCIALISTA.

19/01/11.
Por:  Michael Lowy y Samuel González.
Las distintas crisis que hoy enfrenta la humanidad a nivel mundial resultan de un mismo fenómeno: un sistema que transforma todo –la tierra, el agua, el aire que respiramos, la naturaleza, los seres humanos- en mercancía; que no conoce otro criterio que no sea la expansión de los negocios y la acumulación de beneficios para unos cuantos. El ecosocialismo es una reflexión crítica. Critica la ecología no anticapitalista, la ecología capitalista o reformista, que considera posible reformar el capitalismo, llegar a un capitalismo “verde” más respetuoso al medio ambiente. El ecosocialismo implica tambien una crítica profunda, una crítica radical de las experiencias y de las concepciones tecnocráticas, burocráticas y no ecológicas de construcción del socialismo.
“Nada ha corrompido tanto a la clase obrera alemana como la idea de que se movía en el sentido de la corriente. Consideraba los desarrollos tecnológicos como el sentido de la corriente en el que avanzaba. De ahí no había más que un paso hasta la ilusión de que el trabajo fabril que supuestamente tendía al progreso tecnológico constituía un logro político” - Walter Benjamin.
Durante siglos cada sociedad ha desarrollado un complejo y particular entramado de relaciones con la naturaleza. De entre los distintos vehículos que ha establecido la humanidad en su relación con la naturaleza, la técnica, sin duda alguna, es una pieza angular al ser ésta la encargada de delimitar y modelar, a través de instrumentos y relaciones sociales, la dinámica con la cual cada cuerpo social se apropia y se relaciona con la naturaleza, y a su vez consigo mismo.
Cada conjunto de relaciones que la humanidad establece con la naturaleza proyecta, a su vez, cada fracción de las relaciones humanas establecidas en la sociedad. Dentro de este complejo cosmos, existe igualmente un sistema de ideas, encargado de justificar la dinámica social, las cuales constituyen una serie de estructuras mentales que modelan la forma de concebirnos frente a la naturaleza y frente a nosotros mismos.
En este sentido es que la modernidad inauguraría un curso completamente radical para construir y conceptualizar dicha relación. La sociedad industrial moderna trataría de modelar el medio ambiente a imagen y semejanza suya, para lo cual el desarrollo de la técnica se convertiría en esa promesa efectiva para la realización del paraíso industrial.
De esta forma, la libertad moderna en la sociedad capitalista fue concebida como dominación de lo natural en contraposición a las contingencias del ambiente. Para poder liberarse había que descubrir y dominar a la naturaleza -este ha sido precisamente el paradigma de la técnica capitalista y lo que tiene como consecuencia la degeneración de la ciencia que opera bajo los parámetros de la ganancia-.
La subsunción de la modernidad al orden del capital conjuraría las aspiraciones modernas condenándolas a la lógica de la valorización de valor, a su racionalidad puramente instrumental. La aspiración moderna de construir nuestra propia historia quedaría sellada dentro de las promesas formales del Estado, la ciudadanía y la propiedad, las cuales promoverían una supuesta sociedad democrática en donde todos seriamos iguales y en donde todos tendríamos el derecho a ser poseedores. Sin embargo la realidad haría evidente que son las minorías, dueñas del capital, las que decidirían por las mayorías, evidenciando cómo es que la sociedad capitalista tiene, como punto de partida para su estructuración al individuo, pero no cualquier individuo sino aquel que es propietario de los medios de producción.
La sociedad capitalista ha instaurado una dinámica presidida por el deseo de dominar la naturaleza mediante la técnica, convirtiéndola en una mercancía más que podría contribuir a de la acumulación privada de capital. En esa medida, la lógica de las sociedades capitalistas constituye una relación con la naturaleza que expresa la enajenación del ser humano, extrañado de sí mismo y de la naturaleza, a la cual enfrenta como externalidad que le repele. El metabolismo naturaleza-humanidad trascurre así en una dinámica de destrucción y degeneración, de caos y vaciamiento. Por supuesto esta situación está llegando a su límite.
Las distintas crisis que hoy enfrenta la humanidad a nivel mundial resultan de un mismo fenómeno: un sistema que transforma todo – la tierra, el agua, el aire que respiramos, la naturaleza, los seres humanos- en mercancía; que no conoce otro criterio que no sea la expansión de los negocios y la acumulación de beneficios para unos cuantos. Sin embargo, este conjunto de crisis son aspectos interrelacionados de una crisis más general, la crisis de la moderna civilización industrial.
Hoy, sin embargo, el proceso de devastación de la naturaleza, de deterioro del medio ambiente y de cambio climático se ha acelerado a tal punto que no estamos discutiendo más sobre un futuro a largo plazo. Estamos discutiendo procesos que ya están en curso, la catástrofe ya comenzó, esta es la realidad y estamos en una carrera contra el tiempo para intentar frenar y contener este proceso desastroso.
¿Cuáles son las señales que muestran el carácter cada vez más destructivo del proceso de acumulación capitalista a escala global? El más obvio, y peligroso, es el proceso de cambio climático; un proceso que resulta de los gases de efecto invernadero emitidos por la industria, el agro-negocio y el sistema de transporte existentes en las sociedades capitalistas modernas. Este cambio tendrá como resultado no sólo el aumento de la temperatura en todo el planeta, sino también la desertificación de tierras, problema que en la actualidad tiene efectos devastadores sobre la población del tercer mundo, la elevación del nivel del mar, la desaparición de ciudades enteras –Hong-Kong, Río de Janeiro– debajo del océano y la desaparición de ecosistemas enteros. Todo ello nos acerca fatalmente a lo que probablemente será la sexta mega extinción de la vida sobre el planeta Tierra.
Todo esto no resulta del exceso de población, como dicen algunos, ni de la tecnología en sí abstractamente, ni tampoco de la mala voluntad del género humano. Se trata de algo muy concreto: de las consecuencias del proceso de acumulación del capital, en particular de su forma actual, de globalización neoliberal que ha descansado sobre la hegemonía del imperio norteamericano. Este es el elemento esencial, motor de este proceso y de esta lógica destructiva que corresponde a la necesidad de expansión ilimitada –aquello que Hegel llamaba “mal infinito”- de un proceso infinito de acumulación de negocios, acumulación de capital que es inherente a la lógica del capital.
Luego, la cuestión que se coloca es la necesidad de una alternativa que sea radical. Las alternativas de soluciones “moderadas” se revelan completamente incapaces de enfrentar este proceso catastrófico. El llamado Protocolo de Kioto tiene alcances muy limitados, casi infinitamente limitados del que sería necesario, y aún así, el gobierno norteamericano, principal contaminador, campeón de la contaminación planetaria, se rehúsa a firmarlo.
El Protocolo de Kioto, en realidad, propone resolver el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero a través del llamado “mercado de los derechos de contaminación”: Las empresas que emiten más CO2 van a comprar otras, que contaminan menos, derechos de emisión. ¡Esto sería la solución del problema para el efecto invernadero! Obviamente, las soluciones que aceptan las reglas del juego capitalista, que se adaptan a las reglas del mercado, que aceptan la lógica de expansión infinita del capital, no son soluciones y son incapaces de enfrentar la crisis ambiental –una crisis que se transforma, debido al cambio climático, en una crisis de sobrevivencia de la especie humana-.
La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de diciembre de 2009 fue el ejemplo más clamoroso de la incapacidad -o de la falta de interés- de las potencias capitalistas para enfrentar el dramático desafío del calentamiento global. La montaña de Copenhague desenmascaró el engaño: se trató de una miserable “declaración política” sin ningún compromiso concreto y cifrado únicamente en la reducción de las emisiones con efecto invernadero; y el peligro de que este mismo fenómeno se repita en Cancún este mismo año es inminente.
Necesitamos pensar, por lo tanto, en alternativas radicales que se coloquen en otro horizonte histórico, más allá del capitalismo, más allá de las reglas de acumulación capitalista y de la lógica de lucro de mercancías. Como una alternativa radical es aquella que va a la raíz del problema, que es el capitalismo; esa alternativa es, para nosotros, el ecosocialismo: una propuesta estratégica que resulta de la convergencia entre la reflexión ecológica y la reflexión socialista.
Existe hoy a escala mundial una corriente ecosocialista, hay un movimiento ecosocialista internacional que recientemente, por ocasión del Foro Social Mundial de Belem (enero de 2009) publicó una declaración sobre el cambio climático, la cual formó parte del extenso y rico universo de protesta en Copenhague y lo seguirá haciendo en ocasión de la COP 16 en México. 
El ecosocialismo es una reflexión crítica. En primer lugar, crítica la ecología no anticapitalista, la ecología capitalista o reformista, que considera posible reformar el capitalismo, llegar a un capitalismo “verde” más respetuoso al medio ambiente. De este modo, el ecosocialismo implica una crítica profunda, una crítica radical de las experiencias y de las concepciones tecnocráticas, burocráticas y no ecológicas de construcción del socialismo. Eso nos exige también una reflexión crítica sobre la herencia marxista en el campo de la cuestión del medio ambiente.
Muchos ecologistas critican a Marx por considerarlo un productivista. Tal crítica nos parece completamente equivocada: al hacer la crítica del fetichismo de la mercancía, es justamente Marx quien coloca la crítica más radical a la lógica productivista del capitalismo, la idea de que la producción de más y más mercancías es el objeto fundamental de la economía y de la sociedad.
El objetivo del socialismo, explica Marx, no es producir una cantidad infinita de bienes, pero sí reducir la jornada de trabajo, dar al trabajador tiempo libre para participar de la vida política, estudiar, jugar, amar. Por lo tanto, Marx proporciona las armas para una crítica radical del productivismo y, notablemente, del productivismo capitalista. En el primer volumen del El Capital, Marx explica cómo el capitalismo agota no sólo las fuerzas del trabajador, sino también las propias fuerzas de la tierra, agotando las riquezas naturales. Así, esa perspectiva, esa sensibilidad, está presente en los escritos de Marx, sin embargo no ha sido suficientemente desarrollada.
Desde esta perspectiva el reto ecológico que enfrentan las clases subalternas es precisamente lograr subvertir eso que Marx criticó: la lógica individualista y enajenante del capital, la fetichización de la mercancía, con el objetivo de erradicar la cosificación del sujeto y de la naturaleza, logrando sentar las bases para la construcción de una nueva lógica para esta relación. Por ello, es necesario construir una crítica radical a la técnica capitalista, lo cual implica comprender que son también los instrumentos técnicos portadores de la dinámica de devastación ecológica, y ello exige reinventar no sólo las relaciones sociales en torno a los instrumentos sino a los instrumentos mismos.
Esta visión asume conscientemente que las fuerzas productivas existentes no son neutras: ellas son capitalistas en su dinámica y su funcionamiento, y por lo tanto son destructoras de la salud de las personas, así como del medio ambiente. La propia estructura del proceso productivo, de la tecnología y de la reflexión científica al servicio de la tecnología mercantil y de ese aparato productivo, se encuentran enteramente impregnadas por la lógica del capitalismo y conduce inevitablemente a la destrucción de los equilibrios ecológicos del planeta que son completamente incompatibles con los ciclos infernales del capital.
Lo que se necesita, por consiguiente, es una visión mucho más radical y profunda de lo que debe ser una revolución socialista. Se trata de transformar no sólo las relaciones de producción y las relaciones de propiedad, sino la propia estructura de las fuerzas productivas, la estructura del aparato productivo. Esto es, en nuestra concepción, una de las ideas fundamentales del ecosocialismo.
Hay que aplicar al aparato productivo la misma lógica que Marx pensaba para el aparato de Estado a partir de la experiencia de la Comuna de Paris, cuando el dijo lo siguiente: los trabajadores no pueden apropiarse del aparato del Estado burgués y usarlo al servicio del proletariado, no es posible, porque el aparato del Estado burgués nunca va a estar al servicio de los trabajadores. Entonces, se trata de destruir ese aparato de Estado y crear otro tipo de poder.
Esa lógica tiene que ser aplicada también al aparato productivo: el cual tiene que ser, sino destruido, al menos radicalmente transformado. Este no puede ser simplemente apropiado por las clases subalternas, y puesto a trabajar a su servicio, pues necesita ser estructuralmente transformado. A manera de ejemplo, el sistema productivo capitalista funciona sobre la base de fuentes de energía fósiles, responsables del calentamiento global ­el carbón y el petróleo– de modo que un proceso de transición al socialismo solo sería posible cuando hubiera la sustitución de esas formas de energía por energías renovables, que son el agua, el viento y, sobre todo, la energía solar.
Por eso, el ecosocialismo implica una revolución del proceso de producción, de las fuentes energéticas. Es imposible separar la idea de socialismo, de una nueva sociedad, de la idea de nuevas fuentes de energía, en particular del sol – algunos ecosocialistas hablan del comunismo solar, pues entre el calor, la energía del Sol y el socialismo y el comunismo habría una especie de afinidad electiva.
Es por ello que en la actualidad los movimientos sociales tienen la necesidad de repensar la relación humanidad-naturaleza, teniendo presente que un cambio radical para esta relación debe contemplar una transformación no sólo en la forma de concebir el proceso productivo, pues una nueva forma de relacionarnos implica, necesariamente, una nueva técnica cuya lógica debe construirse desde la comunidad y para los intereses de esta, los cuales deben contemplar conscientemente la preservación de la vida en el planeta.
Pero un cambio radical a favor de la preservación de la vida en el planeta debe ser un cambio social, democrático y comunitario. Y para esto es primordial hacer estallar la cárcel de la valorización de valor, localizada precisamente en la propiedad privada de los medios de producción y la mercantilización del mundo social y natural, lo cual se expresa en la gestión privada y autoritaria de la sociedad y la naturaleza.
La dinámica capitalista de devastación ecológica tiene no sólo el vehículo de la técnica, sino también el de la propiedad privada que articula un sistema fundamentado en la gestión privada y enajenada de los recursos. Esto exige un cambio radical en la propiedad y gestión de los recursos que debe avanzar, como lo ejemplifican las luchas en América Latina, hacia la perspectiva de gestión comunitaria y territorial de los recursos.
Pero no basta tampoco transformar el aparato productivo y los modelos de propiedad, es necesario transformar también el patrón de consumo, todo el modo de vida en torno al consumo, que es el patrón de capitalismo basado en la producción masiva de objetos artificiales, inútiles, y peligrosos. La lista de productos, mercancías y actividades empresariales que son inútiles y nocivas a los individuos es inmensa. Tomemos un ejemplo evidente: la publicidad. La publicidad es un desperdicio monumental de energía humana, trabajo, papel, árboles destruidos para gasto de papel, electricidad etc., y todo eso para convencer al consumidor de que el jabón “X” es mejor que el jabón “Y” –es un ejemplo evidente del desperdicio capitalista-.
Por eso se trata de crear un nuevo modo de consumo y un nuevo modo de vida, basado en la satisfacción de las verdaderas necesidades sociales que es algo completamente diferente de las presuntas y falsas necesidades producidas artificialmente por la publicidad capitalista. De ello se desprende pensar la revolución ecosocialista como una revolución de la vida cotidiana, como una revolución por la abolición de la cultura del dinero impuesta por el capitalismo.
Una reorganización del conjunto de modo de producción y de consumo es necesaria, basada en criterios exteriores al mercado capitalista: las necesidades reales de la población y la defensa del equilibrio ecológico. Esto significa una economía de transición al socialismo, en la cual la propia población – y no las “leyes de mercado” o un Buró Político autoritario- decidan, en un proceso de planificación democrática, las prioridades y las inversiones.
Esta transición conduciría no sólo a un nuevo modo de producción y a una sociedad más igualitaria, más solidaría y más democrática, sino también a un modo de vida alternativo, una nueva civilización ecosocialista más allá del reino del dinero, de los hábitos de consumo artificialmente inducidos por la publicidad, y de la producción al infinito de mercancías inútiles.
Podríamos quedarnos sólo en eso, pero seremos criticados como utópicos, los utópicos son aquellos que presentan una bella perspectiva del futuro, y la imagen de otra sociedad, lo que es obviamente necesario, pero no es suficiente. El ecosocialismo no es sólo la perspectiva de una nueva civilización, una civilización de la solidaridad- en el sentido profundo de la palabra, solidaridad entre los humanos, pero también con la naturaleza-, es también una estrategia de lucha, desde ya, aquí y ahora. No vamos a esperar hasta el día en que el mundo se transforme, no, nosotros vamos a comenzar desde ya, ahora, a luchar por esos objetivos.
Así, el ecosocialismo es también una estrategia de convergencia de las luchas sociales y ambientales, de las luchas de clases y de las luchas ecológicas, contra el enemigo común que son las políticas neoliberales, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el imperialismo americano y el capitalismo global. Este es el enemigo común de los dos movimientos, el movimiento ambiental y el movimiento social. No se trata de una abstracción.
Contrario a lo que muchos quisieran, la crisis ecológica actual es un problema de lucha de clases, pues la dinámica que ha producido esta catástrofe es el resultado de una estructura social en donde las minorías deciden cómo es que se gestiona la industria y en general la producción social en función de interés privados, por eso nuestras estrategias de lucha deben tener presente este aspecto.
La crisis de civilización, dentro de la cual el problema ecológico es central, debe solucionarse a favor de las mayorías y de la vida en el planeta, pero esto no podrá ocurrir sin la organización y la acción política de las clases subalternas. Una respuesta popular a los conflictos globales de la humanidad sólo podrá articularse mediante una sólida acción política por parte de las mayorías, que pretenda no sólo resistir sino avanzar en la construcción de otra sociedad y de otra forma de relacionarnos con la naturaleza.
Hasta ahora las experiencias de lucha son invaluables. Frente a la ofensiva depredadora del capital hemos asistido al nacimiento de distintas muestras de resistencia fundamentadas en la organización popular. No debemos perder de vista que la lucha ecológica ha logrado consolidarse gracias a su amplitud y pluralidad, en donde se mezclan y entrecruzan distintas concepciones y prácticas culturales de los distintos pueblos del mundo.
La experiencia de la lucha indígena en América Latina es uno de los ejemplos más avanzados. En Bolivia, por ejemplo, desde hace años miles de indígenas lograron irrumpir en la escena política en defensa de las condiciones sociales, la preservación del territorio y la conservación de los recursos. Esta lucha ha logrado evolucionar hasta cuestionar los fundamentos sobre los cuales el Estado está organizado en su país, exigiendo su refundación partiendo del reconocimiento a los diversos grupos indígenas y procurando la conservación de la naturaleza.
En América Latina la lucha ecológica de los campesinos e indígenas, en donde también han participado de manera protagónica estudiantes, mujeres y obreros, se ha convertido rápidamente en una lucha política, de esta manera las luchas por el bienestar comunitario y la lucha por la preservación de los recursos y el respeto a la naturaleza son simultáneas e indisolubles.
La crisis ecológica actual, agudizada por el estallido económico de 2008, ha precipitado las condiciones de lucha política, revelando la conexión estructural entre el conjunto de problemas sociales a nivel mundial y la lógica de la sociedad capitalista. Las respuestas que demos, en esa medida, deben poseer la fuerza y determinación necesarias para cuestionarlo todo, para enfrentar a los gobiernos del capital y sobrepasarlos con poder popular.
La respuesta de las y los explotados y oprimidos del mundo a la crisis ecológica ha evolucionado considerablemente. Muestra de ello, es la reciente Cumbre de los Pueblos sobre el Cambio Climático y la Defensa de la Madre Tierra realizada en Cochabamba (Bolivia), con la participación de 30.000 delegados indígenas, campesinos, sindicales, ecologistas, de América Latina y de todo el planeta, que denunció claramente al capitalismo como responsable del calentamiento global; así como la última sesión plenaria de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales en México, en donde las conclusiones relacionan directamente la lucha en contra de la devastación ecológica con la necesidad de luchar por un cambio social. Las luchas sociales en contra de la crisis ecológica del capitalismo, a nivel mundial, confirman que una lucha coherentemente ecológica es consecuentemente una lucha anticapitalista, una lucha por una revolución social.
Como estas, hay muchas otras luchas, sea en Francia, India o México y en otros países del mundo entero, en donde cada vez más se da esa convergencia. Pero ella no ocurre espontáneamente, tiene que ser organizada conscientemente por los militantes, por las organizaciones. Es necesario construir una estrategia de lucha que haga converger a las luchas sociales con las luchas ecológicas. Esta nos parece ser la respuesta al desafío, la perspectiva radical de una transformación revolucionaria de la sociedad más allá del capitalismo.
Sabiendo que el capitalismo no va a desaparecer como víctima de sus contradicciones, como dicen algunos supuestos marxistas, ya un gran pensador marxista de comienzos del siglo XX, Walter Benjamin, decía que, si tenemos una lección que aprender es que el capitalismo no va a morir de muerte natural, será necesario acabar con él… Necesitamos de una perspectiva de lucha contra el capitalismo, de un paradigma de civilización alternativo, y de una estrategia de convergencia de las luchas sociales y ambientales, desde ahora plantando las semillas de esa nueva sociedad, de ese futuro, plantando semillas del ecosocialismo. 
Michael Lowy y Samuel González - Revista Memoria (México) - http://rebelion.org/
Fuente: ecoportal.net