Bogotá, D.C., abr. 13 de 2011 - Agencia de Noticias UN.
Se agudiza la pérdida de hábitat para la palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense) y la especie de la zona cafetera (Ceroxylon alpinum). Hace falta más sensibilización para no usarla en Semana Santa.
Domingo de Ramos, barrio 20 de Julio, cortesía R. Bernal. |
San Lorenzo, Sierra Nevada de Santa Marta Foto G. Galeano. |
Sasaima, Cundinamarca. Foto G. Galeano. |
Así lo afirma la profesora Gloria Galeano Garcés, botánica y experta en palmas del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional.
Valle de Cocora, Quindío Foto R. Berna. |
En 2005, el Instituto Humboldt calificó la especie Ceroxylon alpinum “en peligro” por una recomendación del ICN, pero “los factores por los cuales definimos que las palmas de cera del Quindío estaban en grave riesgo de extinción continúan siendo los mismos”.
A pesar de las prohibiciones de utilizar esta palma cada Semana Santa como parte de una costumbre arraigada en la población, Galeano indicó que “hacen falta más campañas y sensibilización en la comunidad usuaria”.
Sin embargo, es importante recalcar que la disminución del uso de las palmas de cera ha sido drástica y el apoyo de la iglesia ha sido definitivo para el éxito de las campañas”.
Cuatro de las siete especies de palma de cera que crecen de forma silvestre en Colombia se encuentran en peligro de extinción. “Las otras tres, aunque no están consideradas amenazadas según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, están a punto de serlo, principalmente, por la destrucción de sus hábitats”, explicó la docente.
Por esta razón, el uso de cualquiera de estas el Domingo de Ramos perjudica las poblaciones y su posibilidad de permanencia en el planeta. “Es necesario establecer más áreas de protección”.
Su importancia ecológica radica en las funciones que cumple en el bosque alto andino para mantener el equilibrio medioambiental, es decir, la relación armónica entre individuos y especies con su entorno natural.
Además, sirve de hábitat y en muchas ocasiones de alimento a innumerables especies de fauna como la comadreja, entre otras. También sirve como reguladora de agua y viento.
Repoblamiento
“Solo Colombia tiene plantaciones de palmas de cera”, afirmó la profesora del ICN, quien hace un llamado para llevar a cabo campañas de repoblamiento.
“Es urgente que el país, a través de la Corporación Regional de Quindío (CRQ), emprenda un programa de renovación de los palmares de cera que sobreviven en los potreros del Valle de Cocora, en el municipio de Salento (Quindío)”, manifestó Galeano a propósito de este sitio, que se ha convertido en uno de los íconos del turismo colombiano y en el lugar más importante para que los visitantes conozcan el árbol nacional (Ceroxylon quindiuense).
La experta aseguró que las palmas de este sitio son individuos adultos de edad avanzada que han venido muriendo progresivamente en las últimas décadas. “Si no se plantan palmas jóvenes en estos potreros para reemplazarlas en el futuro, estos paisajes desaparecerán en pocas décadas”.
Alternativas para el Domingo.
En estas celebraciones, hay varias alternativas para reemplazar la tradicional palma que, según la experta, han tenido buenos resultados. “Entre ellas, se propuso el uso de hojas de iraca (Icarludovica palmata), que se puede cultivar fácilmente en tierras templadas y cálidas, así como las plántulas de otras especies de palma cultivadas”.
(Por: Fin/evm/lmp)
Fuente: Agencia de Noticias, Universidad Nacional de Colombia.
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