Bogotá D.C.
22 de Febrero de 2012.
Agencia de Noticias UN.
El trabajo que hizo la UN, en asocio con el gremio papicultor, logró
modificar genéticamente el tubérculo para ser enlatado y conservado,
preservando sus características principales.
En diálogo con Agencia de Noticias, el
secretario académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad
Nacional de Colombia, Luis Eduardo Rodríguez, explicó que el trabajo fue
interdisciplinario y tiene dos visiones: la de modificación genética
que él desarrolló, y todo el procesamiento industrial que encabeza el
profesor Aníbal Herrera, director del Instituto de Ciencia y Tecnología
de Alimentos (ICTA) de la Institución.
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| Papa enlatada y conservada, proyecto de la UN con apoyo y asocio interinstitucional. Fotos. Archivo particular. |
La labor genética tiene una extensión a la
producción industrial que se ha adelantado en su totalidad en el ICTA, y
cuenta con varias líneas de acción, entre ellas la de hacer encurtidos
en lata o en frasco de vidrio con la papa criolla. “Se cuecen las papas y
se envasan en una solución de sal y vinagre. La ventaja es que pueden
durar de 2 a 3 años de vida útil, y conservan las características de
sabor, olor y textura. Además, se puede llegar a mercados lejanos como
China y Oriente en general”, dijo.
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| La papa criolla en su nueva variedad modificada genéticamente. |
Los almidones son otra de las líneas de esta
tarea interdisciplinaria con la variedad resistente del vegetal. “Se va a
poner en el mercado un puré de papa criolla, que a diferencia del de
papa blanca cuenta con elementos organolépticos y propiedades de mayor
sabor, textura y contenidos de zinc y betacarotenos”, aseguró.
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| Llegar a Oriente es uno de los objetivos planeados con este trabajo, y la conserva es una de esas herramientas. |
La tercera línea que se piensa industrializar
es el alimento congelado. Según el investigador, “se hace la precocción y
luego se enfría rápidamente bajo el sistema de choque térmico. Ese tipo
de congelación mantiene la mayoría de las características de olor,
sabor y textura tan especiales de la papa criolla, como su
particularidad harinosa”.
Colombia es el primer país productor y
exportador de papa criolla en el mundo. Al año se siembran entre 8.000 y
10.000 hectáreas y se producen 1.000 toneladas. Aunque el número puede
parecer bajo, la diferencia hoy es que la papa criolla pasó del traje
popular al smokin, es decir, de la fritanguería saltó a la cocina gourmet
internacional, y su exportación es un verdadero nicho de mercado. Más
ahora con esquemas de tratados de libre comercio, reveló el profesor
Rodríguez.
Lo más importante es que se trabajó entre el
laboratorio y el campo, pues hubo acompañamiento permanente de los
campesinos productores del tubérculo en Nariño (departamento piloto en
estas pruebas) y del gremio productor reunido en Fedepapa. Además, se
contó con el respaldo del Ministerio de Agricultura y la Asociación
Hortofrutícola de Colombia (Asohofrucol).
El proceso genético
El profesor indicó que el programa de
Mejoramiento Genético de la Facultad de Agronomía inició labores en el
2008 y se logró mejorar la variedad de la papa criolla por medio del
trabajo científico. “Todo comenzó con la idea de lograr un producto más
fuerte y resistente a las enfermedades que afectan los cultivos de papa
criolla, como ‘la gota’ (Phytophthora infestans) y el virus de ‘amarillamiento de venas’, una enfermedad asociada al cambio climático y al calentamiento global”.
“Mientras suba la temperatura en zonas de
producción, la mosca blanca que la transmite crece. Prácticamente, la
mayoría de las áreas productoras de papa (no solo criolla sino todas las
variedades) ya están afectada. Colectamos plantas enfermas; sobre ellas
pusimos moscas blancas limpias del virus para que se alimentaran;
posteriormente, las infectadas estuvieron sobre las plantas de colección
colombiana (modificada) de papa criolla. Una vez se infectaron hicimos
un análisis con diferentes tendencias para determinar cuáles de las
plantas modificadas tenían fuentes de resistencia genética a la
enfermedad”, concluyó.
Fuente: Agencia de Noticias UN. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.
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