17 de junio 2008.
Un compuesto de suelo llamado glomalina provee una bóveda segura para el almacenamiento del carbono en el suelo. Esto es según K. Nichols, quien es microbióloga.
La glomalina--la sustancia que cubre este hongo microscópico en una raíz de maíz--puede ayudar a prevenir la descomposición del carbono en el suelo por hasta 100 años.
La glomalina es una sustancia pegajosa secretada por estructuras fúngicas semejantes a hilos y llamadas hifas. Estas estructuras transportan nutrientes y agua a las raíces de la planta. La glomalina actúa como pedazos pequeños de chicle en los hilos de las raíces de plantas y las hifas fúngicas. En esta "bolsa de hilo" pegajosa caen partículas de arena, cieno y arcilla que forman el suelo, así como restos de plantas y otra materia orgánica que contienen carbono. La arena, el cieno y la arcilla se pegan a la glomalina, empezando la formación de conglomerados, una etapa principal en la creación del suelo.
En la superficie de los conglomerados, la glomalina forma una capa cérea semejante a celosía para prevenir el flujo rápido del agua dentro de los conglomerados. Esta prevención es importante porque el flujo podría arrastrar todas las materias, incluyendo el carbono, en los conglomerados. En su papel como la constructora de la "bolsa" para la formación del suelo, la glomalina es imprescindible globalmente en la formación, productividad y sostenibilidad del suelo así como en el almacenamiento del carbono.
Nichols usa las medidas de glomalina para calcular cuáles de las prácticas agrícolas son más eficaces para almacenar el carbono. Ya que los niveles de glomalina pueden indicar la cantidad de carbono almacenado como resultado de cada práctica, estas medidas podrían ser útiles en los programas de comercio de créditos de carbono.
En estudios en los campos agrícolas, Nichols ha descubierto que tanto la labranza como dejar el terreno en barbecho—una práctica común en regiones áridas—disminuyeron los niveles de glomalina destruyendo las redes vivas de hifas fúngicas. Las redes necesitan raíces vivas y funcionan mejor en los suelos intactos.
Cuando la glomalina se ata con el hierro u otros metales pesados, puede impedir la descomposición del carbono por hasta 100 años. Aun sin la presencia de los metales pesados, la glomalina almacena el carbono en los huecos interiores de las partículas del suelo donde sólo viven los microbios que tienen una acción lenta. Este carbono en la materia orgánica también se ahorra, como un fertilizante de lanzamiento lento, para utilización más tarde por las plantas e hifas.
Nichols comenzó su carrera con el SIA trabajando con la científica de suelo Sara Wright, quien descubrió y nombró la glomalina en el 1996.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.
En la superficie de los conglomerados, la glomalina forma una capa cérea semejante a celosía para prevenir el flujo rápido del agua dentro de los conglomerados. Esta prevención es importante porque el flujo podría arrastrar todas las materias, incluyendo el carbono, en los conglomerados. En su papel como la constructora de la "bolsa" para la formación del suelo, la glomalina es imprescindible globalmente en la formación, productividad y sostenibilidad del suelo así como en el almacenamiento del carbono.
Nichols usa las medidas de glomalina para calcular cuáles de las prácticas agrícolas son más eficaces para almacenar el carbono. Ya que los niveles de glomalina pueden indicar la cantidad de carbono almacenado como resultado de cada práctica, estas medidas podrían ser útiles en los programas de comercio de créditos de carbono.
En estudios en los campos agrícolas, Nichols ha descubierto que tanto la labranza como dejar el terreno en barbecho—una práctica común en regiones áridas—disminuyeron los niveles de glomalina destruyendo las redes vivas de hifas fúngicas. Las redes necesitan raíces vivas y funcionan mejor en los suelos intactos.
Cuando la glomalina se ata con el hierro u otros metales pesados, puede impedir la descomposición del carbono por hasta 100 años. Aun sin la presencia de los metales pesados, la glomalina almacena el carbono en los huecos interiores de las partículas del suelo donde sólo viven los microbios que tienen una acción lenta. Este carbono en la materia orgánica también se ahorra, como un fertilizante de lanzamiento lento, para utilización más tarde por las plantas e hifas.
Nichols comenzó su carrera con el SIA trabajando con la científica de suelo Sara Wright, quien descubrió y nombró la glomalina en el 1996.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.
1 comentario:
Que interesante lo de glomalina, nuestro grupo de investigación MICROBIOTA de la Univ de Santander, ha iniciado una coleccion de hongos micorrizicos arbusculares nativos de suelos impactados por metales pesados, y ahora estamos realizando extracción de glomalina de estos suelos, como un bioindicador. Nos gustaria hacer enlace cientifico con ustedes. Beatriz E, Guerra,bguerra0130@gmail.com
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