LAS SEMILLAS COMO CÁPSULAS DEL TIEMPO AYUDARÍAN EN EL ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LAS PLANTAS EN MEDIO DE LOS CAMBIOS AMBIENTALES.

6 de Octubre de 2011.

Por:  Sean Bettam.

Todo lo que los científicos nunca pudieron saber acerca de los seres vivos desaparecidos hace tiempo es lo que se puede deducir de los fósiles. ¿Pero si pudieran resucitar a los especímenes actuales y comparar sus características con sus descendientes actuales? Esa es una noción que tiene los biólogos de la Universidad de Toronto ayudando a crear un banco de semillas que permitirá a los futuros investigadores hacer exactamente eso con las plantas, lo que les permitira medir la evolución causada por el cambio global. 

La semilla como cápsula del tiempo, las muestras incluyen Trilio (Trillium), la ambrosía y Margaritas amarillas.

"Las plantas de hoy en día son los antepasados ​​de las generaciones futuras", afirma Arthur Weis, director de la Reserva Científica Koffler, biólogo evolucionista y ecológo de la U de T. "Dentro de unas décadas, los biólogos vegetales pueden ir a las mismas poblaciones como son recogidas a partir de ahora y recoger las semillas de las generaciones 'descendientes'. Al cultivar las semillas antecesoras y las semillas descendientes en las mismas condiciones, serán capaces de detectar los rasgos que han cambiado y cuáles no. "

El Proyecto Línea Base (Project Baseline) - una empresa de un grupo de biólogos vegetales evolutivos que incluye a Weis - fue galardonado con 1,2 millones de dólares de la National Science Foundation, para pasar los próximos cuatro años recolectando semillas que será acumulada por entre cinco y 50 años. Luego, los investigadores serán capaces de recurrir a ellas para analizar cómo una especie reacciona a los cambios en su entorno como el cambio climático, las especies invasoras, y los nuevos patrones de uso de la tierra.

Los investigadores han identificado 34 especies objetivo que son comunes, fáciles de cultivar y bien estudiados por los ecologistas y los biólogos evolutivos, así como algunos parientes cercanos de las especies. "Hemos elegido a las que tienen una variedad de características, tales como épocas de floración diferentes o estrategias de polinización, así como diversas funciones en los ecosistemas", dijo Weis. "El objetivo es recoger las semillas de miles de plantas en 20 lugares de amplia distribución, tales como parques nacionales, reservas, y los centros de investigación a largo plazo , lugares donde las plantas es probable que todavía esten, 50 años a partir de ahora"

La Reserva Científica Koffler será el punto de anclaje para el esfuerzo canadiense. También se recogeran las semillas de varias especies de preocupación local, incluyendo margaritas amarillas, zanahorias y plantas de Trilio (Trillium).
Weis y varios colegas propusieron la idea en 2008, después de darse cuenta de que la evolución de las plantas ocurre en escalas de tiempo, los biólogos podrían medir si tuvieran los materiales adecuados. En 2005, Weis llevó a cabo un experimento que mostraba que de la sequía de cinco años en California, había causado un cambio en el tiempo de floración de la planta de mostaza, Brassica rapa, utilizando antes de la sequía las semillas almacenadas en el congelador de laboratorio de los investigadores. Tener esas semillas fue más que algo fortuito, aunque proporciono la germinación de la idea de crear un banco de semillas expresamente para el futuro de los estudios evolutivos.

El proyecto es único entre los otros programas existentes que sólo recogeran las semillas de las especies en peligro de extinción. "Otros proyectos son el Arca de Noé, el tipo de proyectos que sirven a un propósito de conservación", dice Weis. "Nuestro proyecto busca especies que se encuentran en abundancia y será de alrededor de 50 años, no para su conservación, sino para comprender mejor las tuercas y los tornillos de los detalles del cambio evolutivo."

Fuente: Univ. de Toronto.