1 de febrero de 2011.
Aparte de su color atractivo y su sabor dulce, hay otra razón para consumir los tomates anaranjados. Un estudio dirigido por científicos del Servicio de Investigación Agrícola. (SIA) por un mes ha provisto nuevas pruebas que sugieren que, onza por onza, estos tomates podrían ser una mejor fuente del antioxidante poderoso llamado licopeno, comparados con los tomates rojos más familiares.
Los tomates anaranjados pueden ser una mejor fuente del licopeno que los tomates rojos tradicionales.
El tomate anaranjado ('tangerine tomato' en inglés) es jugoso y un poco más dulce que los tomates rojos más comunes. Los tomates anaranjados se venden en algunos mercados del aire libre. Estas variedades antiguas podrían ser muy semejantes a los tipos sembrados hace muchos años.
Aparte del color atractivo y sabor agradable del tomate anaranjado, hay otra razón para probar estos tomates. Una investigación dirigida por la química B. J. Burri del Servicio de Investigación Agrícola (SIA) y la bióloga Betty K. Ishida, ha provisto nuevas pruebas que sugieren que, onza por onza, el tomate anaranjado puede ser una mejor fuente de licopeno, el cual es un antioxidante fuerte, que los tomates rojos.
La diferencia es la forma del licopeno provisto por los dos tipos de tomates. La forma llamada trans-licopeno constituye la mayoría del licopeno en los tomates rojos comunes. Por contraste, la mayoría del licopeno en los tomates anaranjados es en la forma llamada tetra-cis-licopeno.
Los resultados de la investigación sugieren que el tetra-cis-licopeno en el tomate anaranjado es absorbido más eficazmente por el cuerpo humano que el trans-licopeno en los tomates rojos.
Para la investigación, 21 voluntarios—hombres y mujeres—no comieron ningunos tomates frescos, productos de tomate, u otros alimentos ricos en licopeno (por ejemplo, la sandía o el pomelo rosado) excepto los provistos por los investigadores. Esta instrucción entró en vigor al comienzo de un "período de limpieza" por una semana y continuó durante lo demás de la investigación.
En la semana después del "período de limpieza", los voluntarios comieron sus usuales desayuno, cena y bocadillos (pero sin alimentos ricos en licopeno), pero comieron un almuerzo especial. El alimento principal del almuerzo fue chile hecho con judías y salsa de tomate rojo o de tomate anaranjado. El almuerzo incluyó una porción de casi dos tazas del chile, pan francés, mantequilla, y una ensalada de lechuga con aderezo.
Después de este régimen, los voluntarios pasaron por otra semana de un "período de limpieza" sin licopeno antes de comenzar una semana de comer los almuerzos de chile a base del tipo de tomate no consumido previamente.
Los investigadores analizaron los niveles de licopeno en la sangre de los voluntarios cada semana utilizando la cromatografía líquida de alta resolución. Los análisis indicaron que los niveles de licopeno fueron más altos después de comer los tomates. Los niveles totales de licopeno fueron más altos después del consumo de los tomates anaranjados comparados con los niveles después del tratamiento con los tomates rojos.
Los investigadores también evaluaron los daños oxidativos en los voluntarios. El licopeno y otras sustancias antioxidantes pueden proteger las células y los "grasos buenos"—específicamente, los ácidos grasos beneficiosos—contra oxidación en el cuerpo humano. Usando un procedimiento conocido como la prueba TBARS, los científicos determinaron que los daños oxidativos disminuyeron con ambos tratamientos. Pero las reducciones fueron más altas después del consumo de los tomates anaranjados en vez de los tomates rojos.
Burri, Ishida, Jung S. Seo, y los otros investigadores publicaron sus hallazgos en un número de 'International Journal of Food Sciences and Nutrition' (Revista Internacional de Ciencias Alimentarias y Nutrición) en el 2009.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA.
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