Un nuevo sistema permite adaptar los fitosanitarios a las necesidades de cada vegetal y evita la contaminación de aguas superficiales.
Las plagas que afectan a plantas o animales se previenen y destruyen con los plaguicidas. El objetivo de estas sustancias es evitar que se ponga en riesgo la producción, el almacenaje, el transporte y el comercio de alimentos y productos agrícolas. En agricultura, se utilizan los denominados plaguicidas fitosanitarios, que tienen efectos favorables en la producción vegetal, siempre y cuando se usen de forma adecuada y se eviten efectos perjudiciales, como la presencia de residuos, tanto en el medio ambiente como en los alimentos. Un sistema "inteligente" permite aplicar a cada cultivo la cantidad justa de plaguicidas y evitar así accesos innecesarios.
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