Checua.
Erosión Caribe Orinoquia Andina Pacífico Amazonía.
La erosión es el conjunto de procesos en la superficie de la corteza terrestre que producen pérdida física del suelo cultivable en grado variable. Ocurre naturalmente cuando se manifiestan las fuerzas de la gravedad en zonas montañosas o cuando el suelo queda expuesto a la acción del agua o del viento. No obstante, el hombre es el agente causal de mayor importancia en la erosión de suelos puesto que, a través de sus actividades, incide directamente en las coberturas vegetales, cambia la dinámica hídrica o modifica drásticamente las condiciones de manejo del recurso suelo, bien sea por prácticas agronómicas o construcción de infraestructura.
Las proyecciones mundiales sobre el fenómeno erosivo son preocupantes: se calcula que, al actual ritmo de degradación de suelos, la superficie cultivable del planeta pasará de los 1.500 millones de hectáreas que se poseían en 1.975 a 1.000 millones en el año 2025, es decir que la pérdida de suelos afectará posiblemente a una tercera parte de la superficie arable de la tierra (Myers, 1987).
En Colombia, las previsiones pueden ser del mismo orden, aunque el país todavía no tiene claro cuál es el volumen de suelos que se pierde por año debido al conjunto de actividades agropecuarias. Las estimaciones de las diferentes entidades encargadas de suministrar esta información son muy variables entre sí.
En la tabla siguiente se puede apreciar que, mientras el IDEAM reporta que en el año 2000 el país tenía cerca del 25% de sus tierras con procesos erosivos severos o muy severos, el IGAC reportaba para esa misma época solamente alrededor del 4% con estos grados de erosión. Es decir, que una entidad estatal reporta que Colombia posee una cuarta parte de sus tierras agrícolas con problemas muy graves de erosión, en tanto que otra, igualmente calificada, presenta datos en los que la erosión casi no sería un problema serio a tomar en cuenta.
En Colombia, las previsiones pueden ser del mismo orden, aunque el país todavía no tiene claro cuál es el volumen de suelos que se pierde por año debido al conjunto de actividades agropecuarias. Las estimaciones de las diferentes entidades encargadas de suministrar esta información son muy variables entre sí.
En la tabla siguiente se puede apreciar que, mientras el IDEAM reporta que en el año 2000 el país tenía cerca del 25% de sus tierras con procesos erosivos severos o muy severos, el IGAC reportaba para esa misma época solamente alrededor del 4% con estos grados de erosión. Es decir, que una entidad estatal reporta que Colombia posee una cuarta parte de sus tierras agrícolas con problemas muy graves de erosión, en tanto que otra, igualmente calificada, presenta datos en los que la erosión casi no sería un problema serio a tomar en cuenta.
Tabla 1. Porcentajes suelos erosionados en Colombia según diferentes fuentes de información (período 1977 – 2000)
Evaluación de la erosión. INDERENA1977. IGAC1987. IDEAM1998. IGAC1998. IDEAM2000.
Sin erosión. 24.8 48.5 0 14.7 52
No apreciable. 44.9 4.6
Ligera 36.4 28.0 45.5 19.5 9.5
Moderada 12.8 12.9 11.1 11.3 8.9
Severa 0.6 7.8 7.8 3.3 10.8
Muy severa 1.6 0.7 0.5 14.2
Otros 23.8 2.1 35.6 5.8
TOTALES 100 100 100 100 100
Fuente: Carlos Gómez, IDEAM. 2001
Iguales divergencias se presentan cuando se comparan las cifras de erosión ligera (19.5 % para el IGAC y 9.5% para el IDEAM) o de zonas sin erosión (14.7% para el IGAC y 52% para el IDEAM). Tales contradicciones tienen varias explicaciones:
En primer lugar, es probable que las metodologías utilizadas para evaluar la erosión por estas entidades no sean las mismas. También es posible que se utilicen clases diferentes de imágenes de satélite, radar o mosaicos de fotografías aéreas, a escalas diferentes. La participación misma de quien interpreta estas imágenes puede resultar un factor decisivo al momento de obtener y cualificar la información. A todo esto hay que agregarle la insuficiencia de personal capacitado y la ausencia de recursos económicos para establecer las respectivas comprobaciones en el campo. En las imágenes de satélite no todo lo que parece ser erosión, lo es en realidad.
Otro factor a destacar es que el país realiza esta clase de inventarios con lapsos de tiempo muy amplios. Nótese en la tabla 1 que el primer estudio sobre erosión de suelos lo realizó el INDERENA en 1977 y pasaron 10 años para que el IGAC elaborara un nuevo mapa nacional en 1987 y luego el país debió esperar otros 11 años (1998) para actualizar la información. Idealmente Colombia debería tener mapas de erosión trianual o quinquenal, elaborados con base en comprobaciones de campo, para tener mejores ideas de la pérdida de este importante recurso, seleccionar áreas que requieran intervención prioritaria e implementar las respectivas soluciones. La pérdida del suelo es un proceso lento pero irreversible, cuyo abordaje no puede aplazarse.
Es necesario aclarar que los datos de todas las entidades mencionadas se refieren a los porcentajes de erosión total del país, incluyendo en tales cálculos a la Amazonia y el Chocó Biogeográfico, regiones cubiertas por bosques o sabanas en donde la erosión o no existe o es un proceso muy débil. Si se descartaran los 33 millones de hectáreas cubiertas principalmente por bosques en la Amazonia y los casi 5.6 millones de hectáreas del Chocó, las cifras relativas de la erosión en Colombia, cambian sustancialmente.
En primer lugar, es probable que las metodologías utilizadas para evaluar la erosión por estas entidades no sean las mismas. También es posible que se utilicen clases diferentes de imágenes de satélite, radar o mosaicos de fotografías aéreas, a escalas diferentes. La participación misma de quien interpreta estas imágenes puede resultar un factor decisivo al momento de obtener y cualificar la información. A todo esto hay que agregarle la insuficiencia de personal capacitado y la ausencia de recursos económicos para establecer las respectivas comprobaciones en el campo. En las imágenes de satélite no todo lo que parece ser erosión, lo es en realidad.
Otro factor a destacar es que el país realiza esta clase de inventarios con lapsos de tiempo muy amplios. Nótese en la tabla 1 que el primer estudio sobre erosión de suelos lo realizó el INDERENA en 1977 y pasaron 10 años para que el IGAC elaborara un nuevo mapa nacional en 1987 y luego el país debió esperar otros 11 años (1998) para actualizar la información. Idealmente Colombia debería tener mapas de erosión trianual o quinquenal, elaborados con base en comprobaciones de campo, para tener mejores ideas de la pérdida de este importante recurso, seleccionar áreas que requieran intervención prioritaria e implementar las respectivas soluciones. La pérdida del suelo es un proceso lento pero irreversible, cuyo abordaje no puede aplazarse.
Es necesario aclarar que los datos de todas las entidades mencionadas se refieren a los porcentajes de erosión total del país, incluyendo en tales cálculos a la Amazonia y el Chocó Biogeográfico, regiones cubiertas por bosques o sabanas en donde la erosión o no existe o es un proceso muy débil. Si se descartaran los 33 millones de hectáreas cubiertas principalmente por bosques en la Amazonia y los casi 5.6 millones de hectáreas del Chocó, las cifras relativas de la erosión en Colombia, cambian sustancialmente.
Como puede observarse en la tabla 2, la región Caribe presenta porcentajes de erosión en sus suelos que abarcan alrededor del 94% del territorio, lo cual refleja la gravedad del problema. La región presenta casi el 52% de su superficie total afectada por procesos erosivos altos a muy altos, porcentajes que expresan la severidad del problema y que indican la magnitud del esfuerzo que la sociedad debe realizar para recuperar tierras agrícolas.
De igual manera, los porcentajes absolutos de pérdida de suelos en la región Andina muestran que el 93% de la zona está afectada por algún grado de erosión (figura 12). La tercera parte del área total corresponde a fenómenos erosivos muy altos o altos, es decir, que se trata de superficies de difícil recuperación para usos agrarios.
Los datos anteriores son muy preocupantes porque la erosión es un proceso lento, casi imperceptible, pero irreversible. En muchas ocasiones las áreas fuertemente erosionadas deben abandonarse y en otras su recuperación se hace muy costosa.
De igual manera, los porcentajes absolutos de pérdida de suelos en la región Andina muestran que el 93% de la zona está afectada por algún grado de erosión (figura 12). La tercera parte del área total corresponde a fenómenos erosivos muy altos o altos, es decir, que se trata de superficies de difícil recuperación para usos agrarios.
Los datos anteriores son muy preocupantes porque la erosión es un proceso lento, casi imperceptible, pero irreversible. En muchas ocasiones las áreas fuertemente erosionadas deben abandonarse y en otras su recuperación se hace muy costosa.
Tabla 2. Porcentaje de erosión por regiones en Colombia, de acuerdo con datos elaborados por el IDEAM, 2001 a partir de información propia.
Erosión Caribe Orinoquia Andina Pacífico Amazonía.
Muy alta 37 25 11 0 1
Alta 15 30 7 1 4
Moderada 20 8 12 1 4
Baja 18 8 15 1 3
Muy baja 4 6 6 0.03 4
Sin erosión 6 23 4 97 84
Total. 100 100 100 100 100
Fuente: IDEAM, 2001. Subdirección de suelos.
En síntesis, las pérdidas de suelos por erosión afectan la mayor parte del territorio nacional incorporado a la frontera agrícola. El Estado colombiano no posee información continua sobre el fenómeno erosivo y existe una duplicación de funciones entre el IDEAM y el IGAC, cuyos datos no coinciden. De todas maneras, la erosión edáfica tiene que ser abordada seriamente por el país con políticas claras que incentiven la conservación del recurso. De otra manera, en el largo y mediano plazo la productividad agraria se verá severamente afectada, al igual que muchos procesos que tienen que ver con la preservación del suelo, como por ejemplo el suplemento de agua para consumos humano, la irrigación de las áreas planas y el mantenimiento de la infraestructura eléctrica del país que depende de las cuencas hidrográficas. El reto es grande y Colombia aún no se prepara para afrontarlo.
Fuente: Unal.edu.co
Fuente: Unal.edu.co
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