Por Dennis O`Brien.
27 de mayo 2009.
El empuje nacional para biocombustibles podría animar a los granjeros a sembrar maíz donde ahora se crecen pastos amigables con el medio ambiente. Pero los granjeros que realizan este cambio todavía pueden secuestrar el carbono del suelo y reducir las emisiones de gases de invernadero absteniendo de arar el suelo, según científicos del Servicio de Investigación Agrícola (SIA).
Ron Follett, observó por seis años los niveles del carbono orgánico del suelo en un campo donde el bromo creció por 13 años y luego el campo se convirtió en la producción de maíz con la cero labranza.
Este intento es uno de los estudios de campo más extenso de abordar un asunto principal en agricultura: los efectos de reemplazar los pastos nativos con el maíz. El bromo fue una opción popular en los años noventa para los granjeros que quisieron proteger los suelos vulnerables a la erosión, mejorar los hábitats para la fauna silvestre, y aumentar los niveles del carbono orgánico en el suelo. Con la labranza convencional, mucho de este carbono se emita en la atmósfera en forma del dióxido de carbono, el cual es un gas de invernadero que contribuye al calentamiento global.
Nacionalmente, hay 35 millones de acres de bromo y otras plantas cultivadas a cambio de 1,8 mil millones de dólares en pagos anuales como parte del Programa de Conservación de Reservas.
Pero a la vez que la demanda para biocombustibles aumenta los precios del maíz y los contratos de CRP se terminan, los granjeros podrían reemplazar los pastos con el maíz.
Follett y su grupo usaron herbicidas para matar el pasto en el otoño del 1998 y sembraron el maíz de cero labranza la próxima primavera. Ellos colectaron muestras del suelo en tres profundidades para analizar la cantidad total del carbono del suelo en cada profundidad y para determinar si el carbono fue aislado previamente por el bromo o nuevamente aislado por el maíz.
Los resultados, recientemente publicados en 'Agronomy Journal' (Revista de Agronomía), muestran los beneficios de utilización de la cero labranza cuando se hace el cambio de los pastos al maíz. Los investigadores descubrieron que los rendimientos fueron reducidos a causa de una sequía prolongada, pero la cantidad total de carbono no cambió. Las tasas de pérdida del carbono orgánico del suelo previamente aislado en las dos profundidades superiores por el bromo fueron compensadas por tasas similares de aumentos en el carbono nuevamente aislado por el maíz. También hubo poco o ningún cambio en la cantidad del carbono orgánico del suelo aislado por el bromo o el maíz en la tercera profundidad.
El empuje nacional para biocombustibles podría animar a los granjeros a sembrar maíz donde ahora se crecen pastos amigables con el medio ambiente. Pero los granjeros que realizan este cambio todavía pueden secuestrar el carbono del suelo y reducir las emisiones de gases de invernadero absteniendo de arar el suelo, según científicos del Servicio de Investigación Agrícola (SIA).
Ron Follett, observó por seis años los niveles del carbono orgánico del suelo en un campo donde el bromo creció por 13 años y luego el campo se convirtió en la producción de maíz con la cero labranza.
En un estudio de seis años, cuando el maíz se cultivó con la cero labranza en un campo donde previamente se cultivó el bromo, los niveles de carbono en el suelo no cambiaron, así que el cambio de la producción de pasto a la producción de maíz no contribuyó a los gases de invernadero por la liberación del carbono a la atmósfera en forma del dióxido de carbono. Foto cortesía del Servicio de Conservación de Recursos Naturales, USDA. |
Este intento es uno de los estudios de campo más extenso de abordar un asunto principal en agricultura: los efectos de reemplazar los pastos nativos con el maíz. El bromo fue una opción popular en los años noventa para los granjeros que quisieron proteger los suelos vulnerables a la erosión, mejorar los hábitats para la fauna silvestre, y aumentar los niveles del carbono orgánico en el suelo. Con la labranza convencional, mucho de este carbono se emita en la atmósfera en forma del dióxido de carbono, el cual es un gas de invernadero que contribuye al calentamiento global.
Nacionalmente, hay 35 millones de acres de bromo y otras plantas cultivadas a cambio de 1,8 mil millones de dólares en pagos anuales como parte del Programa de Conservación de Reservas.
Pero a la vez que la demanda para biocombustibles aumenta los precios del maíz y los contratos de CRP se terminan, los granjeros podrían reemplazar los pastos con el maíz.
Follett y su grupo usaron herbicidas para matar el pasto en el otoño del 1998 y sembraron el maíz de cero labranza la próxima primavera. Ellos colectaron muestras del suelo en tres profundidades para analizar la cantidad total del carbono del suelo en cada profundidad y para determinar si el carbono fue aislado previamente por el bromo o nuevamente aislado por el maíz.
Los resultados, recientemente publicados en 'Agronomy Journal' (Revista de Agronomía), muestran los beneficios de utilización de la cero labranza cuando se hace el cambio de los pastos al maíz. Los investigadores descubrieron que los rendimientos fueron reducidos a causa de una sequía prolongada, pero la cantidad total de carbono no cambió. Las tasas de pérdida del carbono orgánico del suelo previamente aislado en las dos profundidades superiores por el bromo fueron compensadas por tasas similares de aumentos en el carbono nuevamente aislado por el maíz. También hubo poco o ningún cambio en la cantidad del carbono orgánico del suelo aislado por el bromo o el maíz en la tercera profundidad.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola. SIA-USDA.
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