Los biocombustibles pueden tener muchas ventajas sobre el petróleo, pero solo si se producen de la manera adecuada. Su rápido desarrollo está causando graves daños porque solo se tienen en cuenta la rentabilidad y los intereses políticos. Aunque se diga que son ecológicos, no siempre lo son. Las grandes empresas y los gobiernos quieren producir biocombustibles de la misma forma que producen combustibles fósiles, esa es la verdadera causa del problema.Las multinacionales (entre ellas muchas petroleras) intentan conseguir biocombustibles baratos (etanol y biodiésel) produciéndolos a gran escala con procesos centralizados muy rentables, y para ello hacen inversiones enormes en instalaciones de última tecnología. La producción a gran escala es un intento por controlar los biocombustibles de la misma manera que se controla el petróleo.Es viable producir biocombustibles a cualquier escala, en cualquier lugar y con poca tecnología. ¿A quién beneficia la producción centralizada a gran escala, que requiere grandes inversiones y tecnología avanzada? Beneficia a quienes tienen el dinero y la tecnología, que quieren mantener su monopolio sobre los recursos energéticos.Los países desarrollados necesitan desesperadamente combustible barato y abundante para cubrir el aumento en su consumo de energía. La mayor parte de esa energía se desperdicia, mientras los países subdesarrollados apenas tienen recursos para salir adelante.
Causa del problema: la economía global.
En manos de grandes empresas los biocombustibles son tan solo un negocio, tan contaminante e inhumano como todo lo que hacen las multinacionales. El único objetivo de esas empresas es ganar dinero, no tienen en cuenta los aspectos sociales y medioambientales.Para abaratar el precio de los productos siempre se trata de reducir el gasto en mano de obra. Actualmente todo se fabrica en países como China donde los empleados cobran mucho menos que en los países desarrollados. La materia prima para los biocombustibles se cultiva en plantaciones industrializadas muy rentables, que dejan el suelo estéril y contaminado con pesticidas y fertilizantes químicos perjudiciales para los trabajadores y para el medio ambiente. En algunos países tropicales se tala la selva para plantar palma aceitera. Esta manera de producir biocombustibles no es nada ecológica. Los países desarrollados consiguen su combustible barato a cambio de dañar el medio ambiente y explotar a los trabajadores de países subdesarrollados.
Rentabilidad y sentido común.
Los biocombustibles pueden producirse a pequeña escala, en cualquier parte del mundo, con poca tecnología y de forma ecológica. Entonces, ¿por qué se producen a gran escala, con tecnología carísima y contaminando? Porque es rentable. Para las multinacionales es muy rentable crear enormes plantaciones industrializadas en países tropicales, procesar la materia prima en enormes instalaciones centralizadas y transportar el combustible através de continentes y océanos (como se hace con el petróleo). Las condiciones laborales injustas, la contaminación y el gasto de energía en desplazamientos inútiles no tienen importancia mientras el negocio siga siendo rentable.Los biocombustibles deben ser consumidos en la región o país donde se producen, porque pueden producirse en cualquier parte. Así no se desperdicia combustible en transportar combustible largas distancias (como hacen los barcos petroleros). Otra ventaja del autoabastecimiento es la independecia nacional, de forma que ningún país pueda hacer chantaje a otro amenazando con cortar el suministro de combustible.Con la agricultura ecológica pueden conseguirse cultivos sanos y buenos rendimientos, sin productos químicos y manteniendo la fertilidad del suelo. Además se adapta al ecosistema circundante sin causarle ningún daño. Si los biocombustibles estuvieran en manos de cooperativas y pequeñas empresas se crearían muchos puestos de trabajo y las condiciones laborales serían más justas. Los trabajadores podrían participar en la toma de decisiones y controlar, al menos en parte, los beneficios generados por su trabajo.Cuando el único objetivo de alguien es ganar dinero hace lo más rentable, no lo más sensato. El objetivo principal de cualquier actividad debe ser siempre el bienestar de las personas, no la rentabilidad.
Poder y tecnología.
El país más poderoso siempre es el que dispone de más recursos y de la mejor tecnología, como puede verse en las invasiones de Afganistán e Iraq: portaaviones, bombarderos, misiles guiados por satélite, sistemas de espionaje... El pentágono consume una ingente cantidad de combustible, municiones y vidas humanas.Quien controle los recursos energéticos controlará el mundo. La producción de biocombustibles a gran escala no sería posible sin grandes inversiones y una tecnología muy compleja y costosa. La producción a gran escala está controlada por unas pocas empresas que disponen de esa tecnología y pueden decidir a quién le dan combustible y a quién no, igual que hacen con el petróleo. Pero los biocombustibles no proceden de unos pocos yacimientos concentrados en ciertas partes del mundo, no son un recurso limitado que puede controlarse abriendo y cerrando válvulas en los oleoductos. Cualquiera puede producirlos en cualquier parte del mundo sin dar explicaciones ni pedir permiso. Proceden de las plantas, no son propiedad de nadie. Los sencillos procesos de elaboración a pequeña escala no requieren nada especial, solo paciencia y ganas de aprender.Los países desarrollados se están esforzando por controlar la producción de biocombustibles mediante la tecnología, para mantener su poder. El petróleo es fácil de controlar, pero ahora la gente puede crear su propio combustible a partir de las plantas y de resíduos orgánicos; es algo que escapa al control de los gobiernos y las empresas.
Política, guerra y recursos naturales.
En cualquier "democracia" occidental típica el gobierno siempre está presionado por las grandes empresas y se ve obligado a favorecer ciertos intereses. Hay una estrecha relación entre empresas, partidos políticos y medios de comunicación. El objetivo de la economía, que es ganar dinero, influye mucho en las decisiones políticas. Las multinacionales necesitan recursos para desarrollar sus negocios. Explotan los recursos naturales de todos los países presionando y sobornando a los gobiernos. Si alguno se resiste es sustituído por un gobierno títere mediante una guerra o un golpe de estado.La guerra es un negocio en sí misma, y la base de una poderosa industria militar que no duda en empujar a EE.UU. y sus aliados a invadir países subdesarrollados para apropiarse de su petróleo y de los demás recursos que tengan. Esos mismos recursos servirán para financiar la siguiente guerra. El rápido desarrollo de los países desarrollados se basa en la explotación de los recursos de los países subdesarrollados, que no pueden desarrollarse porque les han robado sus recursos.La causa de las guerras actuales es la expansión de la economía capitalista. La globalización consiste en explotar sistematicamente todos los recursos hasta su agotamiento definitivo. Una pequeña parte de la población mundial se lo queda todo y los demás se quedan sin nada.
Los recursos se agotan.
¿Qué ocurrirá cuando estén agotados todos los recursos? Eso no ocurrirá nunca. El capitalismo no es sostenible, antes o después se hundirá bajo el peso de su propia ambición. Ya existen formas sostenibles de desarrollo económico basadas en la justicia social y el respeto a la naturaleza. Como se dijo más arriba, una economía basada en cooperativas y empresas pequeñas sería mucho más justa y democrática (intervención de los trabajadores en las decisiones) que los negocios de esas multinacionales inhumanas que lo arrasan todo a su paso. Una economía equilibrada no sustituye a la naturaleza por tecnología, sino que aprende de la naturaleza y la respeta. Las iniciativas sostenibles prosperarán antes de que se agoten los recursos limitados, y los sustituirán por recursos renobables.
Soluciones.
Los principales argumentos en contra de los biocombustibles son que necesitan más tierra de cultivo de la que existe, y que están sustituyendo a los cultivos de alimentos. El consumo energético de los países industrializados crece de año en año, pero la mayor parte de la energía se desperdicia. Los cálculos alarmistas que advierten sobre la ingente cantidad de tierra necesaria para cultivar "suficiente" biocombustible, están basados en las previsiones de aumento del consumo. La solución es mejorar la eficiencia energética y evitar el consumismo descontrolado. Es decir, que la mayor parte del gasto energético podría evitarse fácilmente si hubiera voluntad de hacerlo. Existen energías renovables que no necesitan tierra de cultivo (eólica, solar), y es posible convertir en biocombustible desechos orgánicos de todas clases: los restos de las cosechas, aguas residuales (metano), la materia orgánica de la basura...La competencia entre biocombustible y alimento puede resolverse fácilmente con agricultura ecológica, que produce alimentos y biocombustibles a la vez en la misma parcela, sin productos químicos y sin dañar al ecosistema circundante.
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El principal gas de efecto invernadero es el CO2. Hay muchísimo carbono enterrado bajo tierra formando parte de los combustibles fósiles. Cuando se quema carbón, petróleo o gas natural (¿Por qué lo llamarán "natural"?) ese carbono forma CO2, aumentando mucho la cantidad de este gas en la atmósfera. A mayor cantidad de CO2, mayor calentamiento.Las plantas absorben carbono (CO2) de la atmósfera, luego son transformadas en biocombustibles, y al quemarlos el carbono (en forma de CO2) vuelve a la atmósfera. Con los biocombustibles la cantidad de CO2 no aumenta, sino que permanece constante. Es por eso que los biocombustibles no contribuyen al cambio climático. En realidad solo una parte de la planta se transforma en biocombustible. El resto puede compostarse. El compost es un abono procedente de la descomposición controlada de materia orgánica. La agricultura orgánica utiliza el compost (hecho a partir de los restos de las cosechas) para mantener el suelo fértil sin necesidad de productos químicos, consiguiendo cultivos muy productivos, sostenibles y ecológicos. La otra ventaja del compost es que atrapa carbono en el suelo, reduciendo la cantidad de CO2 en la atmósfera. Eso contribuye a evitar el cambio climático. La agricultura ecológica permite una producción sostenible, ocupando mucha menos superficie que la agricultura industrializada y ayudando a evitar el cambio climático.
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Para que la producción de biocombustibles sea sostenible debe estar basada en la agricultura ecológica y en energías renovables, y debe estar descentralizada. Una explotación agrícola industrial que ocupa una gran extensión y depende de máquinas movidas por petróleo, no es ecológica. Una planta química industrial (para procesado de biocombustibles) que ocupa varias hectáreas y depende para su funcionamiento del carbón y del petróleo, tampoco es ecológica. El transporte de la materia prima y del combustible terminado a cientos de kilómetros de distancia (a veces miles) es una gasto inútil de energía.
Estas son las condiciones para una producción ecológica y sostenible:
Explotaciones agrícolas pequeñas basadas en la agricultura ecológica y controladas por los agricultores, no por multinacionales.
Proceso de la materia prima a pequeña o media escala, preferiblemente.
Producción descentralizada: el cultivo, procesado de la materia prima y consumo del combustible final deben hacerse en la misma región o país, evitando desplazamientos inútiles de un lado a otro del mundo.
Toda la energía del proceso productivo debe proceder de fuentes renovables. Es importante aprovechar los subproductos como fuente de energía para el proceso que los origina.
Un consumo racional que aproveche al máximo el combustible disponible.
Explotaciones agrícolas pequeñas basadas en la agricultura ecológica y controladas por los agricultores, no por multinacionales.
Proceso de la materia prima a pequeña o media escala, preferiblemente.
Producción descentralizada: el cultivo, procesado de la materia prima y consumo del combustible final deben hacerse en la misma región o país, evitando desplazamientos inútiles de un lado a otro del mundo.
Toda la energía del proceso productivo debe proceder de fuentes renovables. Es importante aprovechar los subproductos como fuente de energía para el proceso que los origina.
Un consumo racional que aproveche al máximo el combustible disponible.
Fuente: ENERGIASVERDES.ES
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