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viernes, 20 de septiembre de 2013

FERROCARRILES DE LA INDIA COMIENZA LAS PRUEBAS DE CAMPO DEL BIODIESEL DE JATROPHA PARA LOCOMOTORAS.

10 de Septiembre de 2013.
En la India, la sección de investigación de los Ferrocarriles de la India ha aprobado las pruebas de campo usando biodiesel de jatrofa en dos locomotoras en Jetalsar. Los primeros tres a cuatro ensayos al mes comenzarán con B10 y trabajará sus vías superiores. Las pruebas de laboratorio han estado utilizando con éxito el 100% de biodiesel de jatropha en las locomotoras.
 
Fuente: Lecturas de Biocombustibles.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

COMPRUEBAN POTENCIAL ANTIOXIDANTE DEL CHONTADURO.

7 de Septiembre de 2013
Por: Jeinst Campo Rivera, Unimedios

Dos tecnologías de última generación permitieron hallar en esta fruta tropical compuestos químicos que funcionan como colorantes y antioxidantes naturales, con gran potencial para la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética.

Los compuestos bioactivos –aquellos que cumplen funciones benéficas para la salud humana y se encuentran presentes de manera natural en el reino vegetal y animal– cobran cada vez más importancia para la industria cosmética, farmacéutica y nutracéutica.

Estos, además de ser sintetizados por el organismo como metabolitos secundarios con funciones de defensa ante enfermedades, son los responsables de las propiedades de color, astringencia (cicatrizante y antiinflamatorio) y sabor de las frutas y hortalizas.
La importancia reside en su particular estructura química que permite capturar unas dañinas moléculas llamadas radicales libres, las cuales actúan como agentes oxidantes que abren el camino al desarrollo de enfermedades crónicas multifactoriales.
Según Hugo Martínez –doctor en Ingeniería de Alimentos y profesor de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira– Colombia y Brasil tienen un inmenso potencial para fomentar una industria de obtención de biocompuestos, gracias a su riqueza en frutas exóticas, en especial de especies subutilizadas como el chontaduro.
Este producto típico del Pacífico colombiano presenta un mesocarpio carnoso y fibroso de color amarillo intenso o anaranjado. El alto valor nutricional se debe a su elevado contenido de fibra, aceites y ß-caroteno, además, a que posee ocho de los veinte aminoácidos esenciales para el humano”, resalta el experto.
Con el objetivo de evaluar la pulpa del chontaduro como materia prima para la obtención de compuestos antioxidantes, Martínez dirigió dos trabajos de grado que le permitieron extraer las propiedades del fruto por medio de dos tecnologías: extracción asistida con microondas (EAM) y CO2 supercrítico (un gas inocuo que sirve para disolver y separar sustancias químicas eficazmente).
El valor nutricional del chontaduro se debe a su elevado contenido de aminoácidos esenciales. - Foto: archivo particular
El valor nutricional del chontaduro se debe a su elevado contenido de aminoácidos esenciales. - Foto: archivo particular.
La extracción 
El primer análisis lo realizó la estudiante Eliana Marcela Vélez, de Ingeniería Agroindustrial; quien, a través de la técnica EAM, obtuvo compuestos fenólicos (micronutrientes propios del reino vegetal importantes para la dieta humana).
Esta técnica consiste en calentar el interior y exterior de una matriz sólida (la pulpa del fruto) con la ayuda de pulsos de microondas y una sustancia que permite disolver las estructuras químicas del material. Las condiciones térmicas que se producen en este proceso (temperaturas que van hasta los 240 grados centígrados) permiten extraer los principios activos de manera selectiva, mejorando la calidad del producto y disminuyendo el impacto ambiental.
El profesor Martínez asegura que los métodos tradicionales para la obtención de este tipo de extractos han limitado su desarrollo y actividad al emplear técnicas que requieren altos tiempos de residencia, grandes cantidades de solventes, uso de calor y agitación, “lo que termina por afectar la calidad del extracto final, provocar la formación de impurezas y afectar la salud humana y del medioambiente”. La tecnología de microondas reduce los tiempos, pues el proceso no dura más de media hora.
También se utilizó la tecnología de fluidos supercríticos como una alternativa para este tipo de extracciones. En este caso se utiliza una autoclave (especie de gran olla a presión) en donde se introduce el material de estudio en un ambiente saturado de CO2. Este trabajo lo adelantó Faber Espinosa, estudiante de Ingeniería Agroindustrial, en colaboración con investigadores de la Universidad Estatal de Campiñas (Brasil).
La técnica utiliza las propiedades de los gases por encima de sus puntos críticos de presión y temperatura para extraer componentes solubles de manera selectiva. En este caso, el dióxido de carbono posee varias ventajas: no es tóxico ni explosivo, está disponible fácilmente, se puede eliminar de forma sencilla, no provoca mayores alteraciones en los biocompuestos y conserva las propiedades biológicas del producto”, afirma Espinosa.
La principal cualidad que se buscó fue el contenido de ß-caroteno, dado que de este compuesto químico se puede obtener vitamina A y una alta actividad antioxidante. Para tal fin, se evaluaron las variables de rendimiento de extracción, los contenidos totales de fenoles, flavonoides y carotenoides (encargados de la pigmentación), así como la actividad antioxidante. 
Mucho potencial 
Con la técnica de CO2 supercrítico fue posible obtener extractos ricos en carotenos. Al analizar el chontaduro amazónico se observó que el contenido de materia seca es más bajo que el del Pacífico, pero con un contenido porcentual más alto de proteína (302%).
Igualmente, el fruto presenta un alto contenido de lípidos (17,73% de su peso total), a causa de su gran contenido de carotenoides, y un elevado rendimiento de extracción”, sostiene el profesor Martínez. (Los lípidos son moléculas orgánicas que funcionan como una batería: acumulan energía, entre otras funciones biológicas vitales para la nutrición humana).
Los contenidos de fibra neutra, carbohidratos y proteínas presentan similitud a los reportados por otros investigadores para diferentes variedades de chontaduro tropical colombiano y permiten asumir potencialidades diversas en la agroindustrialización del mismo.
Aunque los extractos obtuvieron una actividad antioxidante comparable con la del ácido cafeico comercial (lo cual potencializa su uso), la importancia primaria del ß-caroteno radica en ser el precursor de la Vitamina A, que otorga diversos beneficios al funcionamiento del organismo humano.
Adicionalmente, su potencial como colorante natural hace de este biocompuesto una alternativa para la obtención de productos alimentarios (nutracéuticos), farmacéuticos e incluso cosméticos de alto potencial”, concluye Espinosa.
Estas evidencias científicas respaldan la sabiduría popular que ha exaltado al chontaduro como un alimento poderoso y hasta afrodisíaco.
Fuente: UN Periódico. Edición No. 170.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CREMA DE QUINUA CON SABOR A TAMAL.

7 de Septiembre de 2013
Por: Sandra Uribe Pérez, Unimedios

Este cultivo andino que por sus bondades nutricionales ha servido incluso para alimentar a los astronautas, debería incluirse con más frecuencia en la dieta. De cara al panorama de inseguridad alimentaria, se trabaja para mejorar su producción y generar nuevas alternativas alimenticias. Una de ellas es una crema con sabor a tamal.

Faltó poco para que la dominación española y las tradiciones gastronómicas de los conquistadores nos privaran de la quinua (grano sagrado para las culturas ancestrales andinas) que ha sido calificada como alimento “ideal para el ser humano” por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

A pesar de su prohibición y quema lograron sobrevivir más de tres mil variedades de este pseudocereal, quizá gracias a su adaptabilidad a diferentes condiciones agroecológicas (desde el nivel del mar hasta una altitud de 4.000 metros), su resistencia a la sequía y a los suelos pobres o de elevada salinidad, y a su fácil expansión como cultivo.
Por ello, en el actual panorama de inseguridad alimentaria, la quinua (Chenopodium quinoa Willd.) podría convertirse en una alternativa en la lucha contra el hambre y la desnutrición por sus excepcionales cualidades: es una gran fuente de proteína, ácidos grasos y vitaminas, y es el único alimento de origen vegetal que contiene todos los aminoácidos esenciales.
Lo anterior fue suficiente para que la FAO haya declarado el 2013 como el “Año Internacional de la Quinua”. Ahora, el reto mundial es “aumentar la producción de alimentos de calidad para una población creciente en el contexto del cambio climático”. 
Foto: Cortesía Guillermo Corredor
Foto: Cortesía Guillermo Corredor.
Más alimentos 
Este desafío ha sido una de las banderas de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá que, a través de la Facultad de Agronomía y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA), se ha preocupado durante treinta años por mejorar las prácticas para el desarrollo de los cultivos y la producción de alimentos con base en la quinua.
En este proceso se han emprendido trabajos conjuntos con otras entidades. Tal es el caso del “Proyecto Quinua: cultivo multipropósito para los países andinos. Perú, Bolivia y Colombia (2006)”, que se llevó a cabo entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Fundación Proinpa, de Bolivia; el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología  (Concytec), de Perú; la Universidad Nacional del Altiplano, de Perú; y la UN.
El objetivo fue evaluar diversos materiales genéticos, desde el punto de vista agronómico y agroindustrial, para el desarrollo de innovadores productos, explica Guillermo Corredor, doctor en Ciencias Agropecuarias y profesor pensionado de la UN.
La idea de la Institución ha sido diversificar para llegar a diferentes paladares, pero cumpliendo con las exigencias nutricionales. Según Arturo Romero, investigador de la UN y magíster en Ciencias y Tecnología de Alimentos, entre otros productos enriquecidos se han desarrollado harinas, pastas, extruidos, néctar de frutas, hojuelas y productos de panificación entre otros. Todo esto, a partir de mezclas vegetales (diferentes cereales y quinua) que buscan hallar las proporciones adecuadas para balancear los alimentos en sus diversos componentes (proteínas, carbohidratos, grasa, minerales y vitaminas).
Uno de los últimos “hits” del ICTA en cuanto a alimentos enriquecidos y con valor agregado es la crema de quinua con sabor a tamal. Según Romero –uno de sus desarrolladores–, la sensación de probarla es algo raro, por la costumbre de masticar el tamal, pero ahora, este sabor tan colombiano también se puede disfrutar con cuchara. Su preparación (para cuatro porciones) solo se demora diez minutos y tiene la ventaja de ser “un alimento de alto valor biológico, de buena aceptabilidad y que podría conseguirse a un precio razonable”.
Para lograrlo, el grano se lava, se seca, se muele y se tamiza hasta lograr una harina de granulometría fina (de 100 mallas). Luego, se precocciona, junto con la harina del maíz en un extrusor a 130°C por 10 segundos (este equipo funciona con alta temperatura, alta presión, fuerzas de corte, y corto tiempo). El producto sale en forma de hojuelas, que se secan, se muelen y se mezclan con las especias y condimentos que le dan el sabor.
Sin embargo, para que el producto llegue efectivamente al consumidor hace falta asegurar el eslabón universidad-industria a través de una alianza estratégica con una empresa interesada en impulsarlo en el mercado. 
Procesos de transformación y cultivo 
Romero explica que el consumidor interesado en realizar preparaciones con este pseudocereal debería conocer, entre otros aspectos, que hay variedades dulces y amargas (con alta concentración de saponinas, compuestos orgánicos que les confieren este sabor).
Para hacer comestible el grano es necesario desamargarlo (eliminar las saponinas). Esto se logra a través del lavado con agua a 70°C. La proporción es de 1 kg de quinua por 3 litros de agua, que se mezclan por tres minutos para sacar la espuma (saponinas) y retirar las impurezas. Se llevan a cabo entre 3 y 7 lavados dependiendo del grado de saponinas que haya.
El grano se puede secar al sol, para luego producir harina (tan fina como la del trigo). De este  modo es posible sustituirla por cereales, aumentando así el aporte de aminoácidos en la dieta (especialmente lisina y triptófano, deficientes en los cereales) y la calidad de la proteína (mayor cantidad de albúminas y globulina), llegando, incluso, a una concentración similar a la que tienen la carne y la leche.
En cuanto al cultivo, el profesor Corredor refiere que en nuestro país la tendencia es utilizar variedades dulces, como la blanca de Jericó, la blanca de Soracá, la blanca de Chivatá, la Aurora, la Tunkahuan, la Piartal y amargas como la amarilla de Maranganí.
Es clave que, al sembrar, el agricultor ponga atención a la variedad (cada una tiene características diferentes para la preparación de productos), a la semilla (debe estar fresca –1 a 2 meses de cosechada– para que no pierda viabilidad) y al sistema de siembra (si se hace a chorrillo, entre surcos de 50 cm, el crecimiento y la maduración del grano son más uniformes). Para la comercialización, hay mayores beneficios si las variedades no están mezcladas, ya que se puede garantizar el material genético.
Con tantas ventajas solo hace falta que aumente el número de  pequeños agricultores dedicados  a sembrar este grano sagrado y que, a través de diversas preparaciones culinarias con sabores autóctonos se revaloricen las costumbres alimenticias de nuestros ancestros indígenas, que hoy son patrimonio de la humanidad.
Fuente: UN Periódico. Edición No. 170. Universidad Nacional de Colombia.

viernes, 13 de septiembre de 2013

20% MÁS YUCA CON 50% DE MENOS AGROQUÍMICOS.

7 de Septiembre de 2013
Por: Leidy Castaño, Unimedios

Una nueva estrategia agrícola aumenta la producción de yuca al utilizar hongos micorrícicos para capturar el fósforo del suelo de manera más eficiente. El procedimiento, desarrollado por el Grupo Interdisciplinario de Biotecnología de las Micorrizas Arbusculares de la UN, será replicado en países de África subsahariana, lo que contribuirá a la erradicación del hambre.

El informe “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), determinó que para el período 2010-2012 cerca de 870 millones de personas padecían subnutrición crónica; esto representa una octava parte de la población mundial.

El hambre y la desnutrición, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), son el mayor riesgo para la salud: matan más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos.
Para poder dar de comer a miles de millones de personas se necesita aumentar el rendimiento de los cultivos hasta en un 100%, ahorrar costos en la producción y garantizar la protección del suelo. Para contribuir a esto, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá junto con la Universidad de Lausanne (Suiza) desarrollaron una tecnología que puede incrementar la producción agrícola en regiones del trópico.
Alia Rodríguez Villate, directora del grupo interdisciplinario de Biotecnología de las Micorrizas Arbusculares, explica que el fósforo es un elemento químico fundamental para que una planta crezca, florezca y dé frutos. El problema es que este nutriente es escaso en los suelos, principalmente en los del trópico, por lo que toca utilizar agroquímicos que en exceso son nocivos para el ambiente. 
Para enfrentar la situación, la profesora Rodríguez y el profesor Ian Sanders de la Universidad europea –financiados por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia– demostraron que los hongos formadores de micorrizas arbusculares (HFMA) mejoran el rendimiento de los cultivos de yuca y se reduce en un 50% la aplicación de fertilizantes fosfatados, usados regularmente por los agricultores de Yopal (Casanare) y Santana (Boyacá).
Las micorrizas son uniones entre una planta y un hongo que permiten una acción benéfica de doble vía (una asociación simbiótica). Esto ayuda a que haya un intercambio de nutrientes y metabolitos (compuestos orgánicos presentes en los organismos), que deriva en un mejor crecimiento del vegetal.
Se estima que las reservas de fósforo en el mundo se agotarán en unos cuarenta años; la mayoría están en manos de China y
EE. UU. En la actualidad, la agricultura colombiana depende de esa limitada producción, lo que hace costosas las fertilizaciones. 

 
Organismo benéfico 
Los hongos formadores de micorrizas arbusculares forman una extensa red gracias a unos filamentos muy delgados que colonizan la planta y luego se irradian hacia el suelo. Tienen la capacidad de absorber nutrientes de manera más eficiente que las raíces. Por eso, cuando trabajan en simbiosis, el vegetal multiplica en miles de veces su eficiencia en la captura de fósforo del suelo.
En el mundo, el 40% de los suelos son ácidos, con pocos nutrientes, el fósforo aplicado se fija fácil y tienen alta concentración de aluminio. Además, están ubicados en el trópico y son los que más se utilizan para producir alimentos. De ahí la importancia de desarrollar técnicas sostenibles ambientalmente. Los municipios de Yopal y Santana fueron elegidos para el estudio porque sus superficies tienen estas mismas características.
La investigación de la UN se realizó en campo. Se siguió el crecimiento del cultivo de yuca durante doce meses y se observó su comportamiento frente a diferentes factores climáticos como inundaciones y sequías, entre otros.
Se ensayó en dos siembras comerciales de una hectárea (ha) cada una, en donde se midió el rendimiento de la producción de yuca al final del ciclo de la cosecha. Para este seguimiento se contó con la colaboración de agricultores de los dos municipios.
En Yopal, el experimento se realizó en el campus de la Universidad de la Salle; allí se estableció el ensayo con estudiantes campesinos, relata la investigadora. En Santana experimentaron en la finca de un estudiante de la UN. En estos lugares se utilizó, por primera vez en Colombia, un inoculante  comercial, en presentación líquida, producido por una empresa española.
Establecimos los ensayos tal y como lo hacen los campesinos y utilizamos sus técnicas agrícolas; solo les pedimos que nos dejaran ensayar tres dosis de fósforo para el estudio: 100%, 50% y 0%. A los tres tratamientos les pusimos el hongo; al final de los doce meses de cultivo obtuvimos los resultados en la cosecha”.
El tratamiento que produjo mayor eficiencia fue el segundo. “El hongo reemplazó en un 50% al fertilizante y se obtuvo, en promedio, un 20% más de producción de yuca”. Los productores del inoculante concentraron el hongo de manera que se puede usar un mililitro por planta; un frasco de 200 mililitros fue suficiente para una hectárea.
Esa misma efectividad podría ser fundamental para otras siembras, pues la mayoría de las plantas en los ecosistemas templados y tropicales forman simbiosis con los hongos HFMA. Es el caso de plantaciones de importancia mundial como el arroz, la papa, los frutales y los cereales.
Los expertos de la UN indican que hace falta desarrollar este tipo de investigación aplicada en sistemas agrícolas reales para medir el efecto en la producción de alimentos.
La siguiente etapa, según la profesora Rodríguez, es producir nuevas variedades de HFMA, para lo cual se utilizará la tecnología de mejoramiento genético. Esto permitirá obtener cepas más efectivas que la utilizada en esta raíz comestible. Al mismo tiempo, se proyecta extender esta tecnología promisoria, desarrollada en la UN, a diferentes países de la zona tropical de África, en donde la yuca es producida por pequeños agricultores y alimenta a millones de personas.
Fuente: UN Periódico. Edición No. 170. Universidad Nacional de Colombia.