Parece que el aceite de palma no es un buen sucedáneo de los ácidos grasos trans, según los resultados de un nuevo estudio. Etiqueta cortesía de la Administración de Drogas y Alimentos.
Por Rosalie Marion Bliss.
15 de abril 2009.
Los fabricantes de alimentos empaquetados ahora tienen que declarar en la etiqueta de sus productos alimenticios sobre la cantidad de ácidos grasos trans, también llamados grasas hidrogenadas, en los productos. Ambos los ácidos grasos trans y los ácidos grasos saturados se asocian con un nivel elevado de los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca.
Ahora los autores de un estudio patrocinado por el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han abordado la cuestión de si el aceite de palma, el cual tiene características funcionales semejantes a las de los ácidos grasos trans, podría ser un sucedáneo saludable de las grasas parcialmente hidrogenadas.
Los ácidos grasos trans se crean durante el proceso de endurecimiento llamado hidrogenización, el cual convierte aceites en formas apropiadas para utilización en productos que requieren grasas sólidas, tales como productos horneados y barras de desayuno. El ensayo clínico fue diseñado para comparar—en cuanto al impacto en los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca—el efecto de cuatro aceites diferentes comúnmente consumidos.
La científica principal Alice H. Lichtenstein y sus colegas realizaron el estudio. Ellos trabajan en el Centro Jean Mayer de Investigación de Nutrición Humana del Envejecimiento mantenido por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) en la Universidad Tufts en Boston, Massachusetts.
El estudio involucró 15 voluntarios adultos, incluyendo ambos hombres y mujeres. Los voluntarios tuvieron niveles del colesterol LDL "malo" moderadamente altos—por lo menos 130 miligramos por decilitro de sangre—y todos tuvieron por lo menos 50 años de edad. Cada uno de los voluntarios consumió cada de cuatro dietas experimentales por un período de 35 días. Las grasas probadas incluyeron el aceite de soya parcialmente hidrogenada (con un nivel moderadamente alto de ácidos grasos trans); el aceite de palma (con un nivel alto de grasa saturada); el aceite de colza (con un nivel alto de grasa monoinsaturada); y el aceite de soya (con un nivel alto de grasa poliinsaturada).
Los hallazgos indican que el consumo de cualquiera de las dos dietas enriquecidas con niveles igualmente altos del aceite de palma o el aceite de soya parcialmente hidrogenado podría llevar a niveles adversos del colesterol LDL y la apolipoproteína B (la caul es una proteína que se pega a las partículas de grasa y que lleva el colesterol malo por toda la corriente sanguínea). Estos resultados son en comparación con el consumo de cualquiera de las dos dietas enriquecidas con el aceite de colza o el aceite de soya con niveles altos de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, respectivamente.
Los resultados sugieren que el aceite de palma no es un sucedáneo saludable de los ácidos grasos trans para utilización por el sector alimentario, según los autores.
Ahora los autores de un estudio patrocinado por el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han abordado la cuestión de si el aceite de palma, el cual tiene características funcionales semejantes a las de los ácidos grasos trans, podría ser un sucedáneo saludable de las grasas parcialmente hidrogenadas.
Los ácidos grasos trans se crean durante el proceso de endurecimiento llamado hidrogenización, el cual convierte aceites en formas apropiadas para utilización en productos que requieren grasas sólidas, tales como productos horneados y barras de desayuno. El ensayo clínico fue diseñado para comparar—en cuanto al impacto en los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca—el efecto de cuatro aceites diferentes comúnmente consumidos.
La científica principal Alice H. Lichtenstein y sus colegas realizaron el estudio. Ellos trabajan en el Centro Jean Mayer de Investigación de Nutrición Humana del Envejecimiento mantenido por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) en la Universidad Tufts en Boston, Massachusetts.
El estudio involucró 15 voluntarios adultos, incluyendo ambos hombres y mujeres. Los voluntarios tuvieron niveles del colesterol LDL "malo" moderadamente altos—por lo menos 130 miligramos por decilitro de sangre—y todos tuvieron por lo menos 50 años de edad. Cada uno de los voluntarios consumió cada de cuatro dietas experimentales por un período de 35 días. Las grasas probadas incluyeron el aceite de soya parcialmente hidrogenada (con un nivel moderadamente alto de ácidos grasos trans); el aceite de palma (con un nivel alto de grasa saturada); el aceite de colza (con un nivel alto de grasa monoinsaturada); y el aceite de soya (con un nivel alto de grasa poliinsaturada).
Los hallazgos indican que el consumo de cualquiera de las dos dietas enriquecidas con niveles igualmente altos del aceite de palma o el aceite de soya parcialmente hidrogenado podría llevar a niveles adversos del colesterol LDL y la apolipoproteína B (la caul es una proteína que se pega a las partículas de grasa y que lleva el colesterol malo por toda la corriente sanguínea). Estos resultados son en comparación con el consumo de cualquiera de las dos dietas enriquecidas con el aceite de colza o el aceite de soya con niveles altos de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, respectivamente.
Los resultados sugieren que el aceite de palma no es un sucedáneo saludable de los ácidos grasos trans para utilización por el sector alimentario, según los autores.
Fuente: ars.usda.gov.co
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