Por: Ann
Perry.
4 de abril de 2013
4 de abril de 2013
Estudios
del Servicio de Investigación Agrícola (SIA) han demostrado que se
pueden usar las aguas residuales del riego para reavivar los suelos
salinos y sódicos. Los suelos contaminados no son productivos.
El
científico del suelo Dennis
Corwin,
y sus colegas realizaron su investigación en un campo privado de 80
acres donde había suelos salinos y sódicos que tenían el drenaje
extremadamente pobre.
Los
investigadores instalaron alcantarillas para mover las aguas
residuales subterráneas y luego regaron con esas aguas, que
típicamente contienen niveles muy altos de selenio, sal, y
cantidades pequeñas de arsénico, boro y molibdeno.
Los
científicos tomaron muestras del suelo en incrementos de un pie de
profundidad cinco veces durante el estudio de 12 años. Después de
comenzar el riego, los científicos pudieron establecer un cultivo de
forraje en el campo dos años después del principio del estudio.
Los
investigadores descubrieron que las aguas residuales del riego
lixiviaron la sal y los oligoelementos más allá de la zona de las
raíces, y esto llevó a una disminución total en los niveles de las
sales, el boro y el molibdeno por la zona de las raíces. Esta
lixiviación llevó a un mejoramiento rápido y significativo en la
calidad del suelo.
Esta secuencia de fotos demuestra cómo el riego con las aguas residuales en un campo con el suelo degradado llevó a un mejoramiento rápido y significativo en la calidad del suelo y hizo posible la producción de un cultivo de forraje para alimentar al ganado. Dos años después del cese del riego, el campo regresó a su condición degradada. Estos resultados indican que es importante utilizar las aguas residuales para regar los campos. |
Del 1999
al 2004, la salinidad del suelo disminuyó en un 21 por ciento, el
boro disminuyó el 32 por ciento, y el molibdeno disminuyó el 67
por ciento en los cuatro pies más altos en el perfil del suelo.
Estas diminuciones se nivelaron por el 2009.
Pero en
los últimos dos años del estudio, la sequía gravemente redujo la
reserva disponible de aguas residuales. Como resultado de esta falta,
los investigadores no regaron el sitio en esos dos años, y la sola
fuente de agua para el campo fue la precipitación.
Durante
ese período, los niveles de sales, boro, molibdeno y selenio y la
acidez del suelo aumentaron en todas partes del perfil del suelo. La
salinidad del suelo casi alcanzó a su nivel previo, y la acidez y el
nivel del selenio sobrepasaron los niveles previos. Dentro de
aproximadamente dos años después de parar el riego, el suelo casi
regresó a su pobre calidad del pasado.
Corwin
publicó sus resultados en el 2012 en 'Journal
of Environmental Monitoring' (Revista del Monitoreo Ambiental).
Fuente:
Servicio de Investigación Agrícola (SIA).
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