Por:
Ann Perry.
5 de julio de 2012.
5 de julio de 2012.
Estudios por científicos del Servicio de Investigación Agrícola
(SIA) han demostrado que algunos sistemas de la cero labranza pueden
reducir los niveles atmosféricos de PM10—las partículas de suelo y otros
materiales que tienen un diámetro de 10 micrómetros o menos, y pueden
degradar la calidad del aire—que resultan de la erosión eólica.
Estos hallazgos podrían ayudar a los agricultores a reducir la erosión de sus campos y ayudar a las
comunidades a cumplir con las reglas sobre la calidad del
aire.
El líder de investigación Brenton Sharratt y el agrónomo Frank Young con el SIA realizaron este estudio, el cual apoya las prioridades de promover la seguridad alimentaria
internacional y responder al cambio climático global.
Los agricultores usan sistemas
de producción de sembrar el trigo de invierno y dejar los campos en
barbecho durante el verano para que el trigo pueda germinar y crecer
durante el verano y el otoño. Pero controlar las malezas y conservar el
agua del suelo pueden requerir labrar los campos hasta ocho veces. Esta
actividad produce una capa seca y suelta de partículas finas de suelo
que son propensas a la erosión por los vientos fuertes del verano.
Sharratt y Young realizaron un estudio de 11 años que evalúo si una
rotación de cultivos cereales con la cero labranza en la primavera
podría ayudar a mitigar la erosión del suelo. Los sistemas evaluados
incluyeron la rotación típica de trigo de invierno y los campos en
barbecho durante el verano; rotaciones de la cebada de primavera y el
trigo de primavera con la cero labranza; y el trigo de primavera con la
cero labranza y el uso de productos químicos para controlar las malezas.
Túnel de viento usado para medir la erosión de partículas de suelo en un campo de trigo recién sembrado. |
Los científicos descubrieron que durante la primavera, los suelos
con la rotación de la cebada de primavera y el trigo de primavera
contuvieron más humedad que los suelos en los sistemas tradicionales con
el trigo de invierno. Más tarde en el verano, la rotación de la cebada
de primavera también proveyó más residuos de cultivos que las otras dos
rotaciones. Los residuos ayudaron a prevenir la erosión del suelo. Las
rotaciones del trigo de primavera y la cebada de primavera también
llevaron a poros más grandes en el suelo, una tasa aumentada de
infiltración de agua por el suelo, más conductividad hidráulica en el
suelo, y una tasa aumentada de drenaje.
Sharratt y Young concluyeron que los cultivos cereales producidos
con la cero labranza podrían mejorar significativamente la infiltración y
la retención del agua en el suelo y ayudar a retener los residuos de
los cultivos más tarde en el verano. Estos resultados pueden mejorar la
calidad del suelo y reducen las pérdidas del suelo a la erosión eólica.
Los resultados de estos estudios han sido publicados en las revistas 'Journal of Soil and Water Conservation' (Revista de la Conservación de Suelo y Agua) y 'Soil and Tillage Research' (Investigaciones sobre el Suelo y la Labranza) en el 2011.
Fuente: Servicio de Investigación Agrícola, SIA-USDA.
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