Por David Elstein.
28 de octubre 2004.
Muchos granjeros creen que si ellos cambian de la labranza convencional a la labranza de conservación, se tardará varios años antes de que empiecen a ver los beneficios. Pero científicos del Servicio de Investigación Agrícola en Auburn, Alabama, y sus colaboradores han descubierto que cuándo se hace correctamente el cambio a la labranza de conservación, los rendimientos aumentan inmediatamente.
Los científicos del ARS y de la Estación de Experimentos Agrícolas de Alabama comenzaron sus investigaciones en el 2000 en un campo de 20 acres, con la labranza convencional en la mitad del campo y la labranza de conservación en la otra mitad. En una rotación de cosechas de algodón y maíz, algodón cultivado con la labranza de conservación produjo de 12 a 24 por ciento más rendimientos cada año en los primeros tres años del estudio, comparado con el algodón producido con la labranza convencional.
El proyecto de investigación fue dirigido por el agrónomo D. Wayne Reeves, ahora el líder de investigación del Centro J. Phil Campbell, Sr., de Conservación de Recursos Naturales, mantenido por el ARS en Watkinsville, Georgia; el ingeniero agrícola Randy L. Raper del Laboratorio Nacional de Dinámica del Suelo, mantenido por el ARS en Auburn; y el científico del suelo Joel N. Shaw de la Universidad de Auburn. El grupo descubrió que cuando hay una cantidad adecuada de residuo de cultivos de cobertura, cambiar a la labranza de conservación provee beneficios inmediatos.
Los granjeros no deben terminar los cultivos de cobertura tan temprano. En cambio, ellos deben plantar cultivos de cobertura entre los períodos recomendados y dejarlos crecer hasta que las plantas estén de tres a cinco pies de altura y haya solamente de tres a cuatro semanas antes de la temporada de plantar las cosechas en la primavera. Esto asegurará que haya suficiente residuo en la superficie del suelo para reducir erosión del suelo y atrapar la lluvia para mantener una humedad adecuada en el suelo durante toda la época de siembra.
El grupo ha descubierto que el arado de cinceles – el cual no desordena el residuo de cosecha – se puede usar para aliviar los problemas de compresión de suelo. Pero el granjero debe continuar con la labranza de conservación y la producción de cantidades altas de residuo de cultivos de cobertura siempre que sea posible para obtener los beneficios financieros y ambientales.
Los científicos del ARS y de la Estación de Experimentos Agrícolas de Alabama comenzaron sus investigaciones en el 2000 en un campo de 20 acres, con la labranza convencional en la mitad del campo y la labranza de conservación en la otra mitad. En una rotación de cosechas de algodón y maíz, algodón cultivado con la labranza de conservación produjo de 12 a 24 por ciento más rendimientos cada año en los primeros tres años del estudio, comparado con el algodón producido con la labranza convencional.
El proyecto de investigación fue dirigido por el agrónomo D. Wayne Reeves, ahora el líder de investigación del Centro J. Phil Campbell, Sr., de Conservación de Recursos Naturales, mantenido por el ARS en Watkinsville, Georgia; el ingeniero agrícola Randy L. Raper del Laboratorio Nacional de Dinámica del Suelo, mantenido por el ARS en Auburn; y el científico del suelo Joel N. Shaw de la Universidad de Auburn. El grupo descubrió que cuando hay una cantidad adecuada de residuo de cultivos de cobertura, cambiar a la labranza de conservación provee beneficios inmediatos.
Los granjeros no deben terminar los cultivos de cobertura tan temprano. En cambio, ellos deben plantar cultivos de cobertura entre los períodos recomendados y dejarlos crecer hasta que las plantas estén de tres a cinco pies de altura y haya solamente de tres a cuatro semanas antes de la temporada de plantar las cosechas en la primavera. Esto asegurará que haya suficiente residuo en la superficie del suelo para reducir erosión del suelo y atrapar la lluvia para mantener una humedad adecuada en el suelo durante toda la época de siembra.
El grupo ha descubierto que el arado de cinceles – el cual no desordena el residuo de cosecha – se puede usar para aliviar los problemas de compresión de suelo. Pero el granjero debe continuar con la labranza de conservación y la producción de cantidades altas de residuo de cultivos de cobertura siempre que sea posible para obtener los beneficios financieros y ambientales.
Fuente: ars.usda.gov
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