Química.
Nuevos Avances Hacia la Fotosíntesis Artificial.
9 de Junio de 2008.
Imagine una tecnología que no sólo proporcione una fuente de energía ecológica y renovable, sino que pudiera también ayudar a limpiar la atmósfera del excesivo dióxido de carbono resultante de la combustión de combustibles fósiles. Esto es lo que promete la versión artificial de la fotosíntesis, el proceso mediante el cual infinidad de vegetales han convertido la energía solar en energía electroquímica durante millones de años.
Para alcanzar este logro, sin embargo, los científicos necesitan un conocimiento mucho mejor de cómo lo hace la Naturaleza, comenzando con la recolección de la luz solar y el transporte de esta energía hacia los centros de reacción electroquímica.Graham Fleming, un físico químico que ocupa cargos en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y en la Universidad de California en Berkeley, es el principal impulsor de un esfuerzo que ha sido puesto en marcha para descubrir cómo los vegetales son capaces de transferir energía a través de una red de complejos pigmento-proteína con casi un cien por cien de eficiencia.
En estudios previos, él y su grupo de investigación usaron una técnica basada en el láser, que desarrollaron para rastrear el flujo de energía de activación a través del tiempo y del espacio.Ahora, por primera vez, han conseguido conectar ese flujo a funciones de transferencia de energía. Lo han hecho mediante la estrategia de proporcionar enlaces directos entre estructuras atómicas y electrónicas en los complejos pigmento-proteína.En su estudio, los investigadores trabajaron con las funciones de transferencia de energía dentro de la proteína fotosintética FMO, un complejo en ciertas bacterias que sirve como un sistema modelo debido que consta de sólo siete moléculas de pigmento que se han caracterizado de manera detallada.La línea de investigación es prometedora, y se espera conseguir avances importantes en ella.
Información adicional en:
LBNL
En estudios previos, él y su grupo de investigación usaron una técnica basada en el láser, que desarrollaron para rastrear el flujo de energía de activación a través del tiempo y del espacio.Ahora, por primera vez, han conseguido conectar ese flujo a funciones de transferencia de energía. Lo han hecho mediante la estrategia de proporcionar enlaces directos entre estructuras atómicas y electrónicas en los complejos pigmento-proteína.En su estudio, los investigadores trabajaron con las funciones de transferencia de energía dentro de la proteína fotosintética FMO, un complejo en ciertas bacterias que sirve como un sistema modelo debido que consta de sólo siete moléculas de pigmento que se han caracterizado de manera detallada.La línea de investigación es prometedora, y se espera conseguir avances importantes en ella.
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