Por: Jeinst Campo Rivera, Unimedios
Dos tecnologías de última generación permitieron hallar en esta fruta tropical compuestos químicos que funcionan como colorantes y antioxidantes naturales, con gran potencial para la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética.
Los
compuestos bioactivos –aquellos que cumplen funciones benéficas
para la salud humana y se encuentran presentes de manera natural en
el reino vegetal y animal– cobran cada vez más importancia para la
industria cosmética, farmacéutica y nutracéutica.
Estos,
además de ser sintetizados por el organismo como metabolitos
secundarios con funciones de defensa ante enfermedades, son los
responsables de las propiedades de color, astringencia (cicatrizante
y antiinflamatorio) y sabor de las frutas y hortalizas.
La
importancia reside en su particular estructura química que permite
capturar unas dañinas moléculas llamadas radicales libres, las
cuales actúan como agentes oxidantes que abren el camino al
desarrollo de enfermedades crónicas multifactoriales.
Según
Hugo Martínez –doctor en Ingeniería de Alimentos y profesor de la
Universidad Nacional de Colombia en Palmira– Colombia y Brasil
tienen un inmenso potencial para fomentar una industria de obtención
de biocompuestos, gracias a su riqueza en frutas exóticas, en
especial de especies subutilizadas como el chontaduro.
“Este
producto típico del Pacífico colombiano presenta un mesocarpio
carnoso y fibroso de color amarillo intenso o anaranjado. El alto
valor nutricional se debe a su elevado contenido de fibra, aceites y
ß-caroteno, además, a que posee ocho de los veinte aminoácidos
esenciales para el humano”, resalta el experto.
Con
el objetivo de evaluar la pulpa del chontaduro como materia prima
para la obtención de compuestos antioxidantes, Martínez dirigió
dos trabajos de grado que le permitieron extraer las propiedades del
fruto por medio de dos tecnologías: extracción asistida con
microondas (EAM) y CO2 supercrítico (un gas inocuo que
sirve para disolver y separar sustancias químicas eficazmente).
El valor nutricional del chontaduro se debe a su elevado contenido de aminoácidos esenciales. - Foto: archivo particular. |
La
extracción
El
primer análisis lo realizó la estudiante Eliana Marcela Vélez, de
Ingeniería Agroindustrial; quien, a través de la técnica EAM,
obtuvo compuestos fenólicos (micronutrientes propios del reino
vegetal importantes para la dieta humana).
Esta
técnica consiste en calentar el interior y exterior de una matriz
sólida (la pulpa del fruto) con la ayuda de pulsos de microondas y
una sustancia que permite disolver las estructuras químicas del
material. Las condiciones térmicas que se producen en este proceso
(temperaturas que van hasta los 240 grados centígrados) permiten
extraer los principios activos de manera selectiva, mejorando la
calidad del producto y disminuyendo el impacto ambiental.
El
profesor Martínez asegura que los métodos tradicionales para la
obtención de este tipo de extractos han limitado su desarrollo y
actividad al emplear técnicas que requieren altos tiempos de
residencia, grandes cantidades de solventes, uso de calor y
agitación, “lo que termina por afectar la calidad del extracto
final, provocar la formación de impurezas y afectar la salud humana
y del medioambiente”. La tecnología de microondas reduce los
tiempos, pues el proceso no dura más de media hora.
También
se utilizó la tecnología de fluidos supercríticos como una
alternativa para este tipo de extracciones. En este caso se utiliza
una autoclave (especie de gran olla a presión) en donde se introduce
el material de estudio en un ambiente saturado de CO2.
Este trabajo lo adelantó Faber Espinosa, estudiante de Ingeniería
Agroindustrial, en colaboración con investigadores de la Universidad
Estatal de Campiñas (Brasil).
“La
técnica utiliza las propiedades de los gases por encima de sus
puntos críticos de presión y temperatura para extraer componentes
solubles de manera selectiva. En este caso, el dióxido de carbono
posee varias ventajas: no es tóxico ni explosivo, está disponible
fácilmente, se puede eliminar de forma sencilla, no provoca mayores
alteraciones en los biocompuestos y conserva las propiedades
biológicas del producto”, afirma Espinosa.
La
principal cualidad que se buscó fue el contenido de ß-caroteno,
dado que de este compuesto químico se puede obtener vitamina A y una
alta actividad antioxidante. Para tal fin, se evaluaron las variables
de rendimiento de extracción, los contenidos totales de fenoles,
flavonoides y carotenoides (encargados de la pigmentación), así
como la actividad antioxidante.
Mucho
potencial
Con
la técnica de CO2 supercrítico fue posible obtener
extractos ricos en carotenos. Al analizar el chontaduro amazónico se
observó que el contenido de materia seca es más bajo que el del
Pacífico, pero con un contenido porcentual más alto de proteína
(302%).
“Igualmente,
el fruto presenta un alto contenido de lípidos (17,73% de su peso
total), a causa de su gran contenido de carotenoides, y un elevado
rendimiento de extracción”, sostiene el profesor Martínez. (Los
lípidos son moléculas orgánicas que funcionan como una batería:
acumulan energía, entre otras funciones biológicas vitales para la
nutrición humana).
Los
contenidos de fibra neutra, carbohidratos y proteínas presentan
similitud a los reportados por otros investigadores para diferentes
variedades de chontaduro tropical colombiano y permiten asumir
potencialidades diversas en la agroindustrialización del mismo.
Aunque
los extractos obtuvieron una actividad antioxidante comparable con la
del ácido cafeico comercial (lo cual potencializa su uso), la
importancia primaria del ß-caroteno radica en ser el precursor de la
Vitamina A, que otorga diversos beneficios al funcionamiento del
organismo humano.
“Adicionalmente,
su potencial como colorante natural hace de este biocompuesto una
alternativa para la obtención de productos alimentarios
(nutracéuticos), farmacéuticos e incluso cosméticos de alto
potencial”, concluye Espinosa.
Estas
evidencias científicas respaldan la sabiduría popular que ha
exaltado al chontaduro como un alimento poderoso y hasta afrodisíaco.
Fuente:
UN Periódico. Edición No. 170.
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