10
de Agosto de 2013.
Por:
Leidy Castaño, Unimedios.
El buchón de agua se ha convertido en un dolor de cabeza para grandes superficies acuáticas, como los embalses, pues se multiplica a gran velocidad y los cubre. Esta planta ahora podrá ser usada como sustrato para restaurar la vegetación de zonas afectadas por la degradación.
Las
compañías que construyen proyectos hidroeléctricos causan graves
daños a la cobertura vegetal, a la fauna (aves, mamíferos,
reptiles, anfibios y peces) y al suelo, debido a que necesitan
extensas áreas inundables.
Empresas
Públicas de Medellín (EPM) y el Instituto de Ciencias Naturales
(ICN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá se unieron
para buscar una solución sostenible y duradera al problema.
Acudieron
a la planta amazónica Eichhornia crassipes, más conocida
como buchón de agua. Esta fue descrita en 1823 por Carl von Martius,
naturalista e investigador alemán que estudió la flora de Brasil.
En
la actualidad, es considerada una maleza difícil de erradicar, pues
se reproduce a gran velocidad sobre ecosistemas lénticos (lagunas,
lagos, canales y embalses), cubre toda su superficie y deteriora su
oxigenación.
Este
vegetal se nutre de aguas contaminadas con altas cargas orgánicas
que vierten los hogares y las industrias, lo que favorece su
proliferación. Esto ha llevado a invertir altas sumas de dinero para
su control, remoción y disposición final.
Paradójicamente,
a pesar de su carácter de maleza, puede resultar de gran beneficio
para restaurar terrenos degradados por los complejos hidroeléctricos.
Por eso, un grupo de biólogos de las dos instituciones evaluaron la
viabilidad de la especie para tal fin.
Según
Jaime Aguirre Ceballos, profesor titular del ICN, con la
investigación se obtuvo una alternativa económica.
Trabajo
de verificación
Los
resultados se consignaron en una guía de campo redactada por los
biólogos de la UN Gladys Cárdenas Arévalo, Mauricio Aguilar
Puentes, Hernán Sánchez Cruz, Juan Herrera Romero y Jaime Aguirre
Ceballos. En ella se detalla todo el proceso experimental y las
conclusiones después de nueve meses de muestreos.
El
trabajo se desarrolló en un predio de EPM utilizado como botadero,
llamado El Encanto, en la vereda del mismo nombre del municipio de
Amalfi, ubicado en el nordeste de Antioquia, a 982 metros sobre el
nivel del mar.
Es
una zona receptora de materiales y aguas de tipo doméstico e
industrial que transporta el río Medellín. En sus alrededores
también se adelantan actividades de extracción y disposición del
buchón removido del embalse, que se acumula en las orillas.
Allí
es extraído por maquinaria y llevado al depósito, en donde se deja
secar para luego esparcirlo en las tierras que se desean recuperar.
Para
evaluar su uso, se efectuaron varios experimentos: determinación del
banco de semillas, uso en seco y húmedo de la maleza (raíces,
tallos y hojas) y compostaje en procesos de revegetalización. Así,
se constató su potencial como sustrato orgánico, lo que beneficia
el desarrollo y los procesos de sucesión de la vegetación en la
zona.
Banco de semillas. Para conocer la fuente de propágulos (las semillas en el proceso de sucesión vegetal), se determinó la composición de un banco de semillas de suelo de un relicto de vegetación contigua al área de las parcelas de estudio. Se contaron 584 plantas en sus primeros estadios de desarrollo. |
Mejor
metabolismo
El
buchón estimula una mayor cobertura vegetal en menor tiempo,
facilita la colonización, el arribo y establecimiento de plantas y
evita la erosión producida por el agua.
Todo
ello a un bajo costo y con un mantenimiento mínimo. Además, ayuda a
recuperar los suelos degradados hasta un 50% más rápido que otros
tratamientos.
Al
comparar las características físico-químicas del suelo restaurado,
se observa que este compost ofrece mayores cantidades de elementos
que intervienen en el metabolismo de las plantas para diferentes
fines, como el desarrollo de altura, el crecimiento de follaje, la
floración y la fructificación.
Esto
facilitó el crecimiento en corto tiempo tanto de herbáceas
heliófilas (aquellas que necesitan recibir los rayos solares
directamente), como de especies arbóreas.
Los
investigadores advierten que el uso de este sustrato debe hacerse en
áreas de cultivos maderables o plantaciones forestales que no sean
objeto de consumo humano, pues su contenido de metales pesados podría
afectar la salud de la población (irritaciones de la piel,
intoxicaciones y afecciones respiratorias, entre otras) y de la fauna
en general.
Las
guías que surgieron del estudio fueron socializadas con campesinos
del nordeste antioqueño para involucrarlos en los procesos de
restauración y establecer recomendaciones de ejecución.
Compostaje. Los investigadores hicieron un ensayo que comenzó con un volumen de 0,7065 m3 para evaluar el uso del buchón de agua como enmienda orgánica en forma de compost para suelos degradados. Después de 60 días, obtuvieron 0,36 m3 de compost de buchón. |
Los
expertos aseguran que es necesario respetar y conocer la historia de
las zonas alteradas antes de intervenirlas, pues el mismo suelo da
pistas sobre lo que requiere para ser restaurado.
Los
bancos de semillas cercanos al sitio que se piensa recuperar también
son fundamentales porque contienen la información sobre el
ecosistema.
Finalmente,
la mayor recomendación de los biólogos es prevenir: “La mejor
recuperación es aquella que no se hace porque el medio ecosistémico
no se alteró o porque su daño es mínimo y tiene la oportunidad de
recuperarse por sí mismo”.
Sustrato. Para determinar el efecto del uso de la planta como sustrato en procesos de revegetalización, durante nueve meses evaluaron diez tratamientos con buchón. En el experimento registraron 134 especies, siendo el mejor el de planta seca de buchón más suelo. Fotos: archivo particular. |
Fuente:
UN Periodico. Edición 169. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.
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