Por: Hernando Pabón.
A pesar del escepticismo del comprador alemán, a pesar de su única y especial vocación vendedora y exportadora, a pesar de sus infundados requerimientos de calidad con los países emergentes,...
...a pesar de su obligada participación en el proteccionismo de la Unión Europea, a pesar de nuestra horrible historia de narcotráfico, terrorismo y atentados contra los derechos humanos, a pesar de una imagen mal formada por los escasos avances en lo ambiental y lo social, a pesar de tener marcadas diferencias históricas, culturales y tecnológicas; un gran grupo de colombianos, han hecho de Expokolumbien 2009, una exitosa realidad.
Colombia presentó interesantes avances en su economía y todo el ánimo de borrar los errores del pasado, en la fría, gris e histórica capital alemana. Se vendió muy bien nuestro potencial turístico, se vendió muy bien nuestra competitividad frente a vecinos latinoamericanos, se vendió muy bien el avance en seguridad, se vendió muy bien un lento pero constante crecimiento, se vendió muy bien la reducción del componente de cultivos ilícitos con relación al producto interno bruto, se vendió muy bien la producción social y ambiental de flores de corte, se vendió muy bien la producción de aceites y biocombustibles de la palma aceitera, se vendió muy bien la producción de cafés especiales por parte de comunidades pobres y marginadas del Huila, se vendió muy bien Antioquia, se vendió muy bien la agroindustria con productos lácteos de alto valor agregado, se vendió muy bien nuestra alegría y nuestra música, se vendió muy bien nuestro potencial minero. Se vendieron las ganas de cambiar la imagen de corruptos, a comerciantes con responsabilidad social y ambiental, de productores de cultivos ilegales a agro-empresarios legales y de irrespetuosos con los derechos humanos, a respetar, lo que pueblos como Alemania, aprendieron, después de muchas y funestas guerras.
¿Qué nos falta?
Primero: exponer potenciales y los mejores productos, pero siempre con cifras y resultados, concretos. El sistema alemán sólo cree y confía, después de muchos años de perseverancia.
Segundo: presentar con fuerza e innovación, productos conocidos y en algunos casos consolidados como primarios del agro. Hay que mejorar la oferta transformada y valorada con nuevas especialidades exóticas y certificadas.
Tercero: presentar uno o varios de los iconos más fuertes en publicidad mundial y con gran recordación: Juan Valdez, Juanes o Shakira.
Cuarto: las empresas alemanas en Colombia y que por más de 50 años, han sido bien recibidas, han establecido negocios y marcas, han traído tecnología y han aprendido de nosotros, deben patrocinar un intercambio, justo y equitativo, entre las dos naciones.
Quinto: los nuevos inversionistas alemanes en Colombia, deben ser aquellos que busquen no sólo, un muy buen margen de operación, sino deben ser aquellos que se acomoden a las tendencias del mercado internacional; tecnologías limpias, tecnologías renovables y todo tipo de máquinas y técnicas, de nueva generación, que tengan el sello, de permitido y garantizado, en su país de origen.
Por último, hay que emprender proyectos de cooperación para el logro de sinergias entre las habilidades y destrezas colombianas, con los disciplinados y avanzados procedimientos alemanes. A Colombia le fue bien en Berlín y nos irá mejor si perseveramos en la estrategia de conquista de mercados, con altos estándares y precios atractivos. En esto tan fundamental, no se puede ser efímero.
Fuente: La republica, Revista Bia.
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