Martes 16 Diciembre 2008
La caída del precio del petróleo es una mala noticia para las energías renovables y para los biocombustibles, cuyo desarrollo es más necesario que nunca para proteger el clima, se preocupan los expertos presentes en la Conferencia de la ONU en Poznan (Polonia).
El precio actual del crudo, que ha perdido más de dos tercios de su valor desde los récords alcanzados en julio, no debe frenar los esfuerzos para desarrollar las energías renovables, advirtió la Agencia Internacional de Energía (AIE). “Innegablemente, los precios actuales son una traba (…) para las energías renovables”, declaró su director general, Nobuo Tanaka.
El precio del petróleo compromete también la expansión de los biocombutibles, señaló por su parte a la AFP Guarany Osorio, de la campaña climática de Greenpeace Brasil, país líder en la producción de etanol de caña de azúcar, “que no compite con la producción de alimentos”, según recuerda. “Cuando cae el precio del petróleo cae también el interés por los biocombustibles y desgraciadamente se priorizan las cuestiones económicas frente a las cuestiones ambientales“, lamenta.
El experto francés Jean-Marc Jancovici se preocupa por el hecho de que la caída del precio del crudo frene las políticas de economía de energía y preconiza por ello un alza de los precios, para incitar a los países consumidores a buscar ante todo la eficacia energética.
“El problema es la gran volatilidad de los precios del petróleo, que provoca ‘intermitencias’ en las inversiones petroleras y sobre todo en las inversiones en energías de sustitución”, considera Cedrid Philibert, experto de la AIE. Pero “la principal razón para desarrollar las energías renovables hoy es la protección del clima”, afirma. “Se necesitan por lo tanto políticas constantes, legitimadas por la cuestión del clima y no por los precios de la energía”, agrega.
Sobre todo, tendiendo en cuenta que, frente a una demanda creciente, los precios del crudo deberían volver a subir. “Todo el mundo está de acuerdo en decir que el precio del petróleo volverá a subir a medio plazo”, afirmó el director del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner. Así, “la competitividad de las nuevas tecnologías aumentará en relación con el precio del petróleo”.
El etanol brasileño de caña de azúcar reduce en al menos un 80% respecto a los combustible fósiles las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento del planeta, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) divulgado en julio. Su eficacia es muy superior a la de otros alcoholes carburantes producidos a partir de maíz, trigo o remolacha, según la OCDE.
Estados Unidos, que destila etanol a partir del maíz, es el primer productor mundial, con un 48% de total en 2007. Le sigue Brasil, con el 31% de la producción de etanol. La Unión Europea (UE) produce por su parte un 60% del biodiésel mundial, biocarburante elaborado a partir de aceites vegetales, que reemplaza al gasóleo.
La caída del precio del petróleo es una mala noticia para las energías renovables y para los biocombustibles, cuyo desarrollo es más necesario que nunca para proteger el clima, se preocupan los expertos presentes en la Conferencia de la ONU en Poznan (Polonia).
El precio actual del crudo, que ha perdido más de dos tercios de su valor desde los récords alcanzados en julio, no debe frenar los esfuerzos para desarrollar las energías renovables, advirtió la Agencia Internacional de Energía (AIE). “Innegablemente, los precios actuales son una traba (…) para las energías renovables”, declaró su director general, Nobuo Tanaka.
El precio del petróleo compromete también la expansión de los biocombutibles, señaló por su parte a la AFP Guarany Osorio, de la campaña climática de Greenpeace Brasil, país líder en la producción de etanol de caña de azúcar, “que no compite con la producción de alimentos”, según recuerda. “Cuando cae el precio del petróleo cae también el interés por los biocombustibles y desgraciadamente se priorizan las cuestiones económicas frente a las cuestiones ambientales“, lamenta.
El experto francés Jean-Marc Jancovici se preocupa por el hecho de que la caída del precio del crudo frene las políticas de economía de energía y preconiza por ello un alza de los precios, para incitar a los países consumidores a buscar ante todo la eficacia energética.
“El problema es la gran volatilidad de los precios del petróleo, que provoca ‘intermitencias’ en las inversiones petroleras y sobre todo en las inversiones en energías de sustitución”, considera Cedrid Philibert, experto de la AIE. Pero “la principal razón para desarrollar las energías renovables hoy es la protección del clima”, afirma. “Se necesitan por lo tanto políticas constantes, legitimadas por la cuestión del clima y no por los precios de la energía”, agrega.
Sobre todo, tendiendo en cuenta que, frente a una demanda creciente, los precios del crudo deberían volver a subir. “Todo el mundo está de acuerdo en decir que el precio del petróleo volverá a subir a medio plazo”, afirmó el director del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner. Así, “la competitividad de las nuevas tecnologías aumentará en relación con el precio del petróleo”.
El etanol brasileño de caña de azúcar reduce en al menos un 80% respecto a los combustible fósiles las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento del planeta, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) divulgado en julio. Su eficacia es muy superior a la de otros alcoholes carburantes producidos a partir de maíz, trigo o remolacha, según la OCDE.
Estados Unidos, que destila etanol a partir del maíz, es el primer productor mundial, con un 48% de total en 2007. Le sigue Brasil, con el 31% de la producción de etanol. La Unión Europea (UE) produce por su parte un 60% del biodiésel mundial, biocarburante elaborado a partir de aceites vegetales, que reemplaza al gasóleo.
Fuente: Biodièsel España.
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