10 de Marzo de 2012.
Por: Carlos Cuervo, Unimedios
El hongo Paecilomyces sp. podría ser la solución a
una peligrosa plaga de insectos parásitos que ataca sin piedad la
vegetación del Archipiélago, acabando cultivos y plantas nativas.
Especialistas desarrollan biocontroladores para limitar su proliferación
y cuidar la biodiversidad de la zona.
La situación es alarmante para la vegetación
del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Dos años
atrás se reportaron los primeros brotes de algunas especies de
cochinilla en el territorio; en la actualidad se han visto afectados
árboles frutales, bosques, sembrados ornamentales y los pequeños
cultivos de la isla capital.
El insecto parásito representa un inminente peligro para la vegetación de la zona donde crece, pues absorbe los componentes biológicos de la planta hasta deshidratarla. El uso de pesticidas o plaguicidas ha sido descartado para no afectar la biodiversidad, y lo que es peor, su control es complicado, pues fenómenos como la brisa o la lluvia ayudan a su proliferación. A pesar de la presencia de diferentes especies de cochinilla, hay dos que tienen preocupadas a las autoridades ambientales: la rosada (Maconellicoccus hirsutus) y la acanalada (Crypticerya multicicatrices).
El insecto parásito representa un inminente peligro para la vegetación de la zona donde crece, pues absorbe los componentes biológicos de la planta hasta deshidratarla. El uso de pesticidas o plaguicidas ha sido descartado para no afectar la biodiversidad, y lo que es peor, su control es complicado, pues fenómenos como la brisa o la lluvia ayudan a su proliferación. A pesar de la presencia de diferentes especies de cochinilla, hay dos que tienen preocupadas a las autoridades ambientales: la rosada (Maconellicoccus hirsutus) y la acanalada (Crypticerya multicicatrices).
Cochinilla acanalada vista desde el estereoscopio. Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios. |
Hoja de palma de coco con la variedad acanalada. |
Hoja de yarumo con presencia de la plaga. Fotos: archivo particular |
Por
la amenaza que representa, esta última se ha convertido en objeto de
estudio de diferentes organizaciones ambientales que luchan por su
control. La gravedad del problema radica en que el insecto se alimenta
de la savia de las plantas y las debilita hasta secarlas.
"Esta variedad de cochinilla se reproduce con mucha facilidad y en un número demasiado alto. Cuando ataca, las hojas del árbol o la planta se llenan literalmente de ellas. Producen un líquido azucarado que se adhiere a las hojas, impidiéndole al arbusto la respiración y la fotosíntesis. Además, la cochinilla acanalada cuenta con una pequeña coraza que la hace más resistente", asegura Adriana Santos, directora del Jardín Botánico de la Universidad Nacional de Colombia en San Andrés.
Por otra parte, esta especie no mata a la planta de manera inmediata. Lo preocupante es su expansión en los sistemas agrícolas y en los pequeños bosques de la isla. Aunque se han implementado diversas medidas para su tratamiento, solo hasta hace poco se encontró una solución.
Medida ecológica
Teniendo en cuenta que San Andrés se ubica en la Reserva de Biosfera Seaflower (declarada como área protegida por la Unesco, en el 2000) y que en este lugar se pretende minimizar el impacto ambiental que produce el uso de agroquímicos y otros pesticidas, la estudiante de la UN, Ivonne Angélica Quiroga, comenzó a trabajar con biocontroladores como una alternativa para limitar la plaga.
Tras los significativos avances que alcanzó, especialistas del Jardín Botánico de San Andrés y de la Clínica de Plantas de la Facultad de Agronomía en Bogotá implementaron el uso del hongo Paecilomyces sp. y determinaron que era posible su efectividad como controlador de la cochinilla acanalada.
Javier Hidalgo, estudiante cuyo proyecto de grado está dedicado al tema, asegura que los métodos analizados contra el bicho invasor, con hongos en diferentes concentraciones, han arrojado resultados positivos; no obstante, faltan más averiguaciones para poderlos masificar como plan de control biológico.
"Teniendo en cuenta que los experimentos científicos ya se realizaron en ambientes controlados en laboratorio, vamos a hacer las mismas pruebas en campo abierto, para la implementación en todas las siembras infectadas", dice el investigador.
La propuesta es clara y los estudios arrojan respuestas alentadoras. Ahora, solo falta estandarizar los procesos de producción en masa del hongo Paecilomyces sp., para poder hacer aplicaciones y valoraciones comerciales.
Esto significa hacer los análisis y determinar el protocolo a seguir para poder introducir el hongo de manera intensiva y saber cuál es la modalidad de aplicación para que sea efectivo: cada cuánto, cuáles son las concentraciones y cómo deben ser suministradas, así como qué componentes adicionales deben tener.
Aunque no ha sido una investigación sencilla, por las difíciles condiciones para estudiar el insecto, el proceso adecuado para la reproducción masiva del hongo está cerca y los investigadores están convencidos de su efectividad.
Masificación
Los expertos de la Clínica de Plantas, quienes lideran la iniciativa, han hecho una exhaustiva labor, a lo largo de este año, en la identificación y control de la cochinilla, con el acompañamiento de la Gobernación Departamental, la Secretaría de Agricultura y Pesca del Archipiélago y el Jardín Botánico de la isla.
Asimismo, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) apoya el proyecto a través del acompañamiento de las salidas de campo, la generación de informes, el préstamo de expertos para hacer los diagnósticos técnicos y, en general, para hacer una investigación mucho más amplia del tema.
Gracias al interés de estas instituciones, se estableció un convenio con la Gobernación que permitirá adoptar medidas a través de biocontroladores, específicamente con el hongo Paecilomyces sp.
"Esperamos que para la mitad de este año se logre hacer una reproducción masiva del hongo en laboratorio y en campo para ver la efectividad en terrenos abiertos", afirma María Fernanda Maya, bióloga especialista en Gestión Ambiental de la UN.
"Esta variedad de cochinilla se reproduce con mucha facilidad y en un número demasiado alto. Cuando ataca, las hojas del árbol o la planta se llenan literalmente de ellas. Producen un líquido azucarado que se adhiere a las hojas, impidiéndole al arbusto la respiración y la fotosíntesis. Además, la cochinilla acanalada cuenta con una pequeña coraza que la hace más resistente", asegura Adriana Santos, directora del Jardín Botánico de la Universidad Nacional de Colombia en San Andrés.
Por otra parte, esta especie no mata a la planta de manera inmediata. Lo preocupante es su expansión en los sistemas agrícolas y en los pequeños bosques de la isla. Aunque se han implementado diversas medidas para su tratamiento, solo hasta hace poco se encontró una solución.
Medida ecológica
Teniendo en cuenta que San Andrés se ubica en la Reserva de Biosfera Seaflower (declarada como área protegida por la Unesco, en el 2000) y que en este lugar se pretende minimizar el impacto ambiental que produce el uso de agroquímicos y otros pesticidas, la estudiante de la UN, Ivonne Angélica Quiroga, comenzó a trabajar con biocontroladores como una alternativa para limitar la plaga.
Tras los significativos avances que alcanzó, especialistas del Jardín Botánico de San Andrés y de la Clínica de Plantas de la Facultad de Agronomía en Bogotá implementaron el uso del hongo Paecilomyces sp. y determinaron que era posible su efectividad como controlador de la cochinilla acanalada.
Javier Hidalgo, estudiante cuyo proyecto de grado está dedicado al tema, asegura que los métodos analizados contra el bicho invasor, con hongos en diferentes concentraciones, han arrojado resultados positivos; no obstante, faltan más averiguaciones para poderlos masificar como plan de control biológico.
"Teniendo en cuenta que los experimentos científicos ya se realizaron en ambientes controlados en laboratorio, vamos a hacer las mismas pruebas en campo abierto, para la implementación en todas las siembras infectadas", dice el investigador.
La propuesta es clara y los estudios arrojan respuestas alentadoras. Ahora, solo falta estandarizar los procesos de producción en masa del hongo Paecilomyces sp., para poder hacer aplicaciones y valoraciones comerciales.
Esto significa hacer los análisis y determinar el protocolo a seguir para poder introducir el hongo de manera intensiva y saber cuál es la modalidad de aplicación para que sea efectivo: cada cuánto, cuáles son las concentraciones y cómo deben ser suministradas, así como qué componentes adicionales deben tener.
Aunque no ha sido una investigación sencilla, por las difíciles condiciones para estudiar el insecto, el proceso adecuado para la reproducción masiva del hongo está cerca y los investigadores están convencidos de su efectividad.
Masificación
Los expertos de la Clínica de Plantas, quienes lideran la iniciativa, han hecho una exhaustiva labor, a lo largo de este año, en la identificación y control de la cochinilla, con el acompañamiento de la Gobernación Departamental, la Secretaría de Agricultura y Pesca del Archipiélago y el Jardín Botánico de la isla.
Asimismo, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) apoya el proyecto a través del acompañamiento de las salidas de campo, la generación de informes, el préstamo de expertos para hacer los diagnósticos técnicos y, en general, para hacer una investigación mucho más amplia del tema.
Gracias al interés de estas instituciones, se estableció un convenio con la Gobernación que permitirá adoptar medidas a través de biocontroladores, específicamente con el hongo Paecilomyces sp.
"Esperamos que para la mitad de este año se logre hacer una reproducción masiva del hongo en laboratorio y en campo para ver la efectividad en terrenos abiertos", afirma María Fernanda Maya, bióloga especialista en Gestión Ambiental de la UN.
Fuente: UN Periodico. Edición: No. 153. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.
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